«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Ir contra VOX es lo más democrático

21 de junio de 2023

Lo hemos visto en ayuntamientos, parlamentos, comunidades autónomas: el que no esté dispuesto a negarle el pan y la sal a VOX es fascista. A base de repetir tamaña barbaridad que desprecia no tan sólo a un partido rigurosamente democrático y leal a la Constitución sino a sus votantes, que son millones de españoles, la consigna se la ha acabado creyendo el PP del que, no lo olvidemos, salen muchos dirigentes del partido empezando por Santiago Abascal. Pero la dictadura progresista dictada por los Soros de turno ha decidido que a los de VOX no hay ni que saludarles, como decía Colau. Cordón sanitario, argumentan, lo que en la práctica supone declarar la muerte civil a unas personas que son cargos electos y tienen el mismo derecho que sus colegas a disponer de espacios mediáticos, institucionales y públicos.

Estos adalides de la lucha antifascista de sillón oficial y sueldazo imposible de conseguir para un trabajador decente se recrean en repetir una y mil veces que VOX es un partido xenófobo, anti mujeres, franquista, en fin, lo peor desde que se inventó la bomba H. Curiosamente, no experimentan la misma repugnancia en tratarse, pactar y hacerse fotos amigables con los bilduetarras, los golpistas catalanes, los dictadorzuelos sudamericanos de bandera roja, hambre en las calles y suculentas cuentas secretas en Suiza. Ellos, los progres de aquí, son más de firmar manifiestos contra el fascismo después de ponerse ciegos de canapés en una entrega de esos premios creados para repartirse entre ellos. Son los auténticos artistas, héroes de la cultura subvencionada sin la cual estarían todos picando piedra. Y lo mismo podemos decir de los políticos tan modernos, tan solidarios, tan izquierdosos, que se oponen a VOX como si fuesen la caballería polaca enfrentándose a los Panzer de Hitler cuando, en realidad, es puro miedo lo que tienen porque no hay ni uno de ellos que les aguante medio asalto dialéctico.

Por eso han de inventarse barbaridades como la de que en VOX se enseña a los niños a maltratar a las niñas o que los partidarios de VOX en Tarrasa, por vía de ejemplo, han insultado al alcalde aludiendo a su opción sexual. En este último caso lo que les hace subir la tensión arterial es que alguien que es una madre de familia numerosa, trabajadora por cuenta propia desde los catorce años y con las ideas claras, Alicia, haya conseguido entrar en el consistorio junto a dos compañeros más a base de pasarse el día al lado de los trabajadores en los barrios colonizados por la inmigración ilegal y arrasados por una delincuencia que nadie quiere atreverse a decir que existe salvo los de VOX.

No es que no quieran saludar a los de Abascal, es que tienen pánico cerval de tener que enfrentarse con ellos, como ya sucede en el Parlamento catalán donde sólo les falta amordazar físicamente a Ignacio Garriga. No es que sea más democrático cargar contra VOX, señores izquierdosos, pijo progres y estelados. Es que no os atrevéis.

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