Las cosas cambian a cada momento y a veces de manera determinante incluso cambiando el rumbo. Suele ser mĆ”s fĆ”cil darse cuenta a posteriori, a toro pasado. En nuestras cosas,Ā Japón fue precursor en la nueva normalidadĀ (the new normal) de bajos crecimientos inflación y natalidad.Ā El BOJ fue el primer banco central en aplicar expansiones monetarias heterodoxas, ampliando su balance con compras de activos, primero bonos y despuĆ©s casi de todo. TambiĆ©n fue precursor, esta vez despuĆ©s de Suiza, enĀ avanzar en la senda de tipos de interĆ©s negativos.Ā
AsĆ no es de extraƱar que haya sido el primero en llegar a la conclusión de que esta polĆtica monetaria producĆa efectos expansivos decrecientes y costes crecientes sobre bancos, seguros y fondos de pensiones. Desde que en marzo de este aƱo el BOJ apostara por los tipos negativos y mĆ”s compras de activos, pero produciendo un yen mĆ”s fuerte, la doble sensación de que los bancos centrales habĆan llegado a su lĆmite y que sus medidas erosionaban la estabilidad financiera se ha ido asentando en los mercados.
LasĀ dudas metódicas de la FED sobre cuĆ”ndo normalizar su polĆtica monetariaĀ estĆ”n acabando con su credibilidad, despuĆ©s de afirmar desde hace un aƱo que lasĀ condiciones internas para subir tipos son cada vez mĆ”s idóneas, pero dejĆ”ndolo una y otra vez para mejor ocasión ante lasĀ incógnitas de la economĆa mundial. Los mercados no son agradecidos, y pese a que las compras de activos por la FED han sostenido los precios, ahora la sensación de que ha llegado a su lĆmite es lo que pesa.
Nuestro BCE empezó mĆ”s tarde y llegarĆ” despuĆ©s a esta situación, el horizonte de marzo de 2017 cuandoĀ el BCE tenga que decidir si prorroga o no sus compras mensuales de activos promete ser un momento importante.Ā Por un lado con la oferta de bonos alemanes cerca del agotamiento y por otro con la opinión pĆŗblica alemana contraria a seguir monetizando deuda pĆŗblica. Su famoso āWhatever it takesā que salvó economĆas euros hace cuatro veranos puede que ya no tenga tanta credibilidad.
El BOJ esta semana ha intentado cambiar el juego. Ya no se trata de comprar cantidades para controlar la curva de tipos, ahora va a intentarĀ controlar la curva de tipos directamente fijando como objetivo cero para su bono a diez aƱos. AsĆ los tipos a menor plazo deberĆan situarse por debajo de cero, pero el tipo de referencia para bancos y seguros no entrarĆ” en terreno negativo. AdemĆ”s ha fijado que su objetivo de inflación puede superar el 2%, pese a no haber pasado del cero en los Ćŗltimos aƱos, por lo que muchas cejas se han levantado al oĆrlo.Ā Tampoco ha renunciado a seguir comprando mensualmenteĀ lo que requiera cumplir sus objetivos de inflación. Un vale todo a la japonesa. Los mercados han reaccionado positivamente, aunque el yen se ha robustecido aĆŗn mĆ”s, endureciendo las condiciones monetarias para la economĆa japonesa.
Toda la experiencia de las Ćŗltimas dĆ©cadas enĀ convertir a los bancos centrales en guardianes de la ortodoxiaĀ y la independencia puede estar mutando ante nuestros ojos, mientras los mercados empiezan a pensar y a decir que han llegado a su lĆmite para impulsar sus respectivas economĆas. Desconfianza ante esfuerzos que muchos juzgan destinados al fracaso. Oro al alza y la bĆŗsqueda de rentabilidades en los emergentes son consecuencias no demasiado negativas. Los pesimistas piensan ya en quiĆ©n tendrĆ” municiones secas en laĀ próxima recesión.