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Luis Anchondo (México, 1983) es Doctor en Letras por la Universidad de Arizona. Como periodista ha destacado en distintos medios entre los que destacan La Retaguardia y Libros con Uasabi ambos fundados por Fernando Sánchez Dragó a quien considera uno de sus principales maestros. Por más de una década ha impartido numerosos cursos de literatura tanto española como latinoamericana en diversas universidades de Estados Unidos al igual que conferencias. Es también uno de los más importantes cervantistas del mundo cuyos descubrimientos en la obra de Don Quijote le han valido un merecido reconocimiento internacional.
Luis Anchondo (México, 1983) es Doctor en Letras por la Universidad de Arizona. Como periodista ha destacado en distintos medios entre los que destacan La Retaguardia y Libros con Uasabi ambos fundados por Fernando Sánchez Dragó a quien considera uno de sus principales maestros. Por más de una década ha impartido numerosos cursos de literatura tanto española como latinoamericana en diversas universidades de Estados Unidos al igual que conferencias. Es también uno de los más importantes cervantistas del mundo cuyos descubrimientos en la obra de Don Quijote le han valido un merecido reconocimiento internacional.

¿Kamala Harris es candidata a la vicepresidencia?

31 de octubre de 2020

Después de haber visto el último debate presidencial, sentí lo mismo que lo que sentí después de ver el primero: lástima. Pena ante un Joe Biden cansado que difícilmente puede estructurar sus argumentos sin equivocarse; totalmente opacado por un Donald Trump fuerte con una retórica excelente y destruyendo todos los argumentos del oponente en un abrir y cerrar de ojos. Mientras observaba el debate no podía dejar de mandarle textos a un amigo que también lo estaba viendo. Lo único que le escribía una y otra vez era “pobre Biden, pobre Biden”. Terminó el debate y antes de desearle buenas noches a mi buen amigo le dije lo siguiente: “Biden no es el problema, el problema es Kamala Harris, ella será quien realmente gobierne”.

Pero, ¿por qué preocuparse por Kamala Harris si ella sería simplemente la vicepresidenta? Por una razón muy sencilla; porque si Biden toma el poder este noviembre, sus días como presidente probablemente estarían contados ya que, al parecer, el mismo Partido Demócrata le quiere aplicar la enmienda vigésimoquinta de la Constitución de EE.UU. Dicho apartado se refiere a que si el presidente no está en posibilidades de gobernar, el poder pasa directamente al vicepresidente, en este caso Kamala Harris, la cual automáticamente se convertiría en la nueva presidenta de EE.UU. 

Los demócratas podrán declarar físicamente inhabilitado a Biden si llega a la presidencia para, por medio de la vigésimoquinta enmienda, darle el puesto a Harris

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sacó a colación la enmienda vigésimoquinta de la Constitución afirmando que Trump debía ser quitado de su cargo político después de que el presidente fuese dado de alta del Coronavirus. Esto, según ella, porque los medicamentos que está tomando lo podían tener en un estado alterado de conciencia que lo inhabilitara para gobernar. A pocos días de las elecciones, este comentario de mal gusto sobra a menos de que Pelosi y su partido estén convencidos de que Trump será reelecto y estén ya buscando alguna forma de quitarlo del poder.

Otra posibilidad es que este comentario no se refiriera tanto a Trump sino a Biden, a quien su mismo partido lo puede declarar físicamente inhabilitado si llega a la presidencia para, por medio de la vigésimoquinta enmienda, darle el puesto a Harris. Esta posibilidad se refuerza con un comentario que hizo la misma Pelosi al ser cuestionada sobre el por qué traer a colación esta enmienda en medio de una carrera presidencial. Pelosi respondió que el aplicar la enmienda veinticinco como había propuesto no es en relación al presidente Trump a quien lo juzgarán los votantes, que si se aplica será hasta el año entrante…

Pocas veces en la historia de Estados Unidos, por no decir la única vez ya que quizás ignore un hecho similar, hemos visto la forma en la que Kamala Harris llegó a ser candidata a la vicepresidencia del Partido Demócrata.

Lo que hizo que Kamala Harris volviera a la escena política de estas elecciones fue sin duda el movimiento social que se produjo a raíz de la muerte de George Floyd

Kamala Harris fue nominada como senadora de California en el 2016, estado en el que tiene una larga historia como fiscal la cual ha estado envuelta en diversas controversias. Se le conoce por ser una de las senadoras demócratas más progres y radicales. Trató de competir con Joe Biden para ser la candidata demócrata, aunque se retiró muy pronto de la emulación por falta de popularidad y apoyo, aunque no sin antes insultar a su entonces rival llamándolo ‘racista’ entre otros adjetivos que ahora ha remplazado por otros más positivos. Un cambio total de retórica hacia Biden. 

Lo que hizo que Kamala Harris volviera a la escena política de estas elecciones fue sin duda el movimiento social que se produjo a raíz de la muerte de George Floyd a finales de mayo de este año. Recuerdo que antes de este incidente se hablaba de que quizás Biden escogería a Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, como la candidata para la vicepresidencia. Incluso se llegó a mencionar a Michelle Lujan Grishan, gobernadora de Nuevo México, para ocupar tal nominación apelando así a la comunidad hispana. Sin embargo, a raíz de las protestas de los afroamericanos desatadas a consecuencia de la muerte de Floyd inmediatamente pensé que ahora Biden —por estrategia política— tenía que escoger como candidato o candidata a la vicepresidencia a alguien de color para ganarse el respeto y los votos de los afroamericanos los cuales sabía que tenía perdidos. A pesar de esto, jamás me pasó por la mente que los demócratas volvieran a traer a Harris a la escena política sobre todo después de sus irrespetuosos comentarios hacia Biden, pero así es la política, no tiene memoria sino intereses.    

Biden no tiene la presencia ni las fuerzas necesarias para estar al frente de un país que exige un cambio radical que va más allá de la justicia social

Antes de las protestas desatadas a consecuencia de la muerte de Floyd, la popularidad de Biden con la comunidad afroamericana era muy baja. En 1994, Biden, al frente del Comité Judicial del Senado, desarrolló un proyecto de ley judicial que facilitó el encarcelamiento masivo de miles de afroamericano bajo la administración de Bill Clinton. Eso sin olvidar sus nexos con políticos segregacionistas en la década de los setenta. Incluso a principios de año hizo un comentario que no fue para nada bien visto por la comunidad afroamericana: el famoso “si estas indeciso de votar por mí o por Trump entonces no eres negro” cuando Trump tiene millones de seguidores afroamericanos y ha hecho más por la gran comunidad negra de este país que ningún otro presidente.  

No es de extrañarse que los demócratas vieron una gran oportunidad de apelar a la comunidad afroamericana apoyando las demandas de los grupos de manifestantes que tomaron las calles después de la muerte de Floyd. El más famoso es el movimiento Black Lives Matter, cuyas exigencias son, por ejemplo, quitarle fondos a la Policía mientras derriban monumentos históricos por considerarlos racistas. También presionan para que se censuren libros y películas tales como Lo que el viento se llevó por parecerles racialmente inapropiadas haciendo de la corrección política una religión protegida por un comité inquisitorial. Esto sin mencionar la violencia desatada por algunos manifestantes en Estados con gobernadores demócratas. 

Pero quien sí tiene la presencia, la fuerza y la personalidad para hacerlo es Kamala Harris, cuyas ideas radicales y proges apelan a estos grupos de manifestantes y a los millones de izquierdistas que los apoyan

Aunque la popularidad y la suma de dinero por parte de donaciones privadas para apoyar la campaña de Biden aumentó considerablemente una vez que él y su partido se mostraron a favor de las causas de los manifestantes —actualmente 177 millones de dólares—, Biden no tiene la presencia ni las fuerzas necesarias para estar al frente de un país que exige un cambio radical que va más allá de la justicia social de la cual Trump siempre se ha mostrado a favor. Pero quien sí tiene la presencia, la fuerza y la personalidad para hacerlo es Kamala Harris, cuyas ideas radicales y proges apelan a estos grupos de manifestantes y a los millones de izquierdistas que los apoyan y que quizás le den la victoria a Biden.

Aunque después de los comentarios de Nancy Pelosi a quien quizás realmente se la estén dando es a Kamala Harris, aquella a la que Trump llama la persona más radical del Senado después de Bernie Sanders. Me temo que quien está corriendo para presidente no es Joe Biden sino Kamala Harris, la que realmente va a gobernar este país.  

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