En esta EspaƱa cambalache que sufrimos, la maldad insolente tiene gracia, vende; los inmorales no nos han igualao, nos han sobrepasao y la competencia por decir la barbaridad mĆ”s gorda es feroz. El verano no le ha sentado bien a la gente de mal. Es mĆ”s, la chusma viene empoderada -no me tengan en cuenta la expresión- si entendemos el tĆ©rmino como subidita, sobrada y consciente de su terrible influencia en las cabecitas vacĆas que, a juzgar por los resultados, se cuentan por millones.
El vĆdeo del mĆ”s que nunca rufiĆ”n RufiĆ”n pseudoentrevistando a una tal Soyunapringada -ojo al personal- se ha hecho viral por decir que hay que matar a los de Vox. Tal cual. Es importante aclarar a los que no frecuentan las redes asociales, que hoy en dĆa ser viral es lo fantĆ”stico, es el triunfo. Aunque lo viralizado sea el mayor despropósito, una perfecta porquerĆa, quĆ© mĆ”s da, lo importante es acumular visualizaciones y favs. Ya lo cantaba Gardel -que cada dĆa canta mejor-, āhoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafadorā, si has conseguido que todo el mundo te conozca.
AsĆ de sencillo. AsĆ de brutal. La burra -la cerda, segĆŗn Girauta- se cree graciosa; le han hecho creer que es incluso ingeniosa.
Los rufianes entrevistan y ponen cara de pensadores como si tuvieran enfrente a un gran profesor, cuando lo que hay es una burra. āTodo es igual, nada es mejorā. La burra -supongo que no le importarĆ” que me refiera a ella con este sustantivo ya que ella se dirige a sus seguidores con el bonito apelativo de ācachos de mierdaā- dice que hay que comprar armas y cócteles molotov y hacer asĆ: boom. Su voz no se altera lo mĆ”s mĆnimo, habla igual que si diera una receta de cocina. El avezado preguntante y diputado del Congreso de los Diputados, reacciona con habilidad -por eso lo llamo avezado al chaval en esta ocasión- a la provocación y pregunta rĆ”pido no vaya a ser que se le escape la burra sin seƱalar el objetivo: āĀæquĆ© hay que hacer con Vox, por ejemplo?ā La burra respondecon naturalidad: āMatarā. Y siguen hablando, rebuznando o lo que sea que hagan.
AsĆ de sencillo. AsĆ de brutal. La burra -la cerda, segĆŗn Girauta- se cree graciosa; le han hecho creer que es incluso ingeniosa. Para estos dos -entrevistada y entrevistador- esto no es odio, es justicia. Por eso, entienden, justifican y promocionan que en Vallecas y en multitud de lugares, se apedree de forma sistemĆ”tica a los manifestantes de Vox. Ya no hablamos de superioridad moral y esas cosas, la burra y el rufiĆ”n se permiten decidir quiĆ©n tiene que morir y quiĆ©n no. Es mejor arrasar ahora. Hay que hacerlo. Y lo que a nosotros nos parece una barbaridad por la que habrĆ”n de dar cuenta antes los tribunales, a millones de ācachos de mierdaā les parecerĆ” normal. Este es el drama que vivimos, que los delincuentes destarifados son los nuevos lĆderes de opinión. Influencers, perdón.
La burra de Baracaldo no sabe quiĆ©n es Urkullu -el del partido recogenueces-, pero a Otegui lo conoce muy bien: āPerfecto, el mejor hombre del mundoā. OĆdas estas palabras no puedo evitar recordar los selfies del expresidiario con cientos de catalanes allĆ” por 2017, el aƱo del procĆ©s, como el hĆ©roe que es para toda esta purria y me viene otra vez a la cabeza esta triste EspaƱa cambalache en la que āes lo mismo el que labura noche y dĆa como un buey, que el que vive de las minas, que el que mata, que el que cura o estĆ” fuera de la leyā.