«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid
Abogado franco-argentino, director del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en Madrid

‘La culpa la tiene usted’

3 de marzo de 2021

Como el título de la salsa de Joe Cotto y su orquesta. Con aires caribeños y todo: “Señor gallo le preguntó a su gallina/ qué es lo que pasa le veo muy asustada/ es que presiento le contesta la gallina/ que por su culpa me fríen en la cocina”

El mismo diálogo tiene lugar entre Cristina Fernández de Kirchner y su títere Alberto Fernández

Cristina está asustada. Tiene miedo de terminar como la gallina. Acaban de condenar a Lázaro Báez, en el caso conocido como el Lazarogate o el de la ‘ruta del dinero K’, -K por Kirchner por supuesto-, a doce años de cárcel por lavado de dinero. Y con él, aunque a condenas algo menores, a sus hijos, y algunos otros cómplices. 

La pregunta del millón, que no ha sido aún respondida, es a quién pertenecían los millones lavados con brío por Lázaro. 

Cristina presiente que algo anda mal con su relato y que de seguir el rumbo, terminará probablemente en una celda, como Lázaro

Cristina vuelve a los tribunales esta semana. La última vez que declaró ante jueces, por un juicio por la obra pública que fuera concedida en la provincia de Santa Cruz a Lázaro Báez, espetó a días de asumir como vicepresidenta: “Estoy acá, y este tribunal de lawfare, que tiene la condena escrita, lo va a hacer. No me interesa. He elegido la historia. Antes de que ellos me declaren absuelta, a mí me absolvió la historia, y me va a absolver la historia, y a ustedes seguramente los va a condenar la historia«.

El riesgo de contar la historia antes de que acontezca es que, a veces, el final puede ser distinto del planeado. Cristina presiente que algo anda mal con su relato y que de seguir el rumbo, terminará probablemente en una celda, como Lázaro. En un intento de torcer el final del cuento, presiona a Fernández para que cumpla con su cometido y le acuerde la ansiada inmunidad. Por esa razón, el presidente se despachó en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, con un durísimo ataque contra los jueces y, en definitiva, contra el mismo sistema de separación de poderes establecido por la Constitución Nacional. 

Salvo que los magistrados, que tienen las cartas en mano, no parecen dispuestos a doblegarse ante las presiones gubernamentales. 

El sentimiento de impunidad total está crujiendo en la Argentina. Antes de su discurso en el Congreso, Fernández debió deshacerse con dolor de su Ministro de Salud quien había  organizado un vacunatorio VIP en la sede del Ministerio para beneficiar con dosis de vacunas anti-Covid (Sputnik V) a amigos y allegados sin respetar el orden de los grupos llamados ‘de riesgo’ establecido por el mismo gobierno.

Otra posibilidad sería que, en algún momento, Alberto Fernández se canse de su papel de marioneta

Está claro, que más allá de posicionamientos, posturas y gesticulaciones de orden puramente comunicacional, a la lacra que atesora hoy el poder en la Argentina le importa poco y nada el bien común y la salud de los argentinos. 

Es sabido que en círculos mafiosos, las relaciones humanas son complicadas. Hoy por mí y mañana también por mí, cuando se avizora algún peligro. El Frente de Todos bien podría pagar los platos rotos del asunto y está claro que de complicarse la situación procesal de Cristina, Alberto va a tener una elección decisiva: seguir en la salsa con ella, a riesgo de terminar también freído, o desligarse y hacer estallar una coalición que sólo existe por la defensa de los intereses particulares de sus miembros.  

Otra posibilidad sería que, en algún momento, Alberto Fernández se canse de su papel de marioneta y que la vanidad lo lleve a asumir un rol protagónico. En tal caso, Fernández que tiene apetencias artísticas y ha compuesto algunas canciones, podría dedicarle a Cristina en el escenario un bolero mexicano, que comienza diciendo: ‘Usted, es la culpable’. 

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