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Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

La diada de Andalucía

28 de noviembre de 2022

El próximo 4 de diciembre se celebrará por primera vez el Día de la bandera de Andalucía, última creación de un gabinete, el presidido por Juan Manuel Moreno Bonilla, capaz de integrar, después de haber fagocitado, por la vía de la colocación, a la mayor parte de integrantes de Ciudadanos, casi todo eso que los cursis, abismados ante el vocablo ideología, llaman «sensibilidades». Paralizados ante tan sorprendente decisión, aquellos que preferían trocar la rojigualda por la blanquiverde apenas han sido capaces de balbucear algunos argumentos memoriohistoricistas con los cuales tratan de retener su temprana adscripción a un símbolo al que el Partido Popular llegaría algo tarde. Sea como fuere, con la instauración de esta jornada, Moreno Bonilla cierra el círculo andalucista, abierto con su reiterada veneración a Blas Infante. El nuevo y abanderado día ha ofrecido material más que suficiente para que muchos consideren al Partido Popular de Andalucía una suerte de PNV a la andaluza, máxime después de que el presidente, en respuesta a Teresa Rodríguez, manifestara que el andaluz «se habla principalmente en Andalucía, Ceuta, Melilla y parte de la provincia de Badajoz. Se practica en Gibraltar y convive con el portugués en localidades colindantes con Huelva». Hombre a menudo continente, don Juan Manuel no osó cruzar el charco para hallar hablantes de andaluz y esperemos que no desborde los límites de la ortografía para entregarse a esas aberraciones que pueblan algunas tapias andaluzas en forma de pintadas.

Con el Día de la bandera de Andalucía (…), Moreno Bonilla cierra el círculo andalucista, abierto con su reiterada veneración a Blas Infante

Sea como fuere, ya sea por oportunismo ya por devoción, a Moreno Bonilla se debe la instauración del Día de la bandera de Andalucía, una jornada que no se limita al flamear de tan cuestionable, por las connotaciones que acompañaron a su confección, enseña. El solemne izado viene precedido por unas instrucciones dadas a los centros educativos, según las cuales, estos dedicarán «al menos una hora para el debate y la realización de actividades sobre los hechos que ocurrieron el 4 de diciembre de 1977, teniendo en cuenta la edad y el nivel del alumnado. Igualmente, los centros podrán organizar un acto de izada de la bandera e interpretación del himno de Andalucía» e incluso podrán recibir la visita de heraldos andalucistas, suponemos que pagados por dinero público.

Moreno Bonilla contribuye a la consolidación de las condiciones necesarias (…) para la transformación de España en un Estado federal

Si hasta la fecha, el morenobonillismo había exaltado el 28 de febrero, adscribiéndose al Estatuto ligado a la Constitución de 1978, el impulso del día de la señera andaluza, que conduce a los últimos días de 1977, le permite penetrar en el tardofranquismo, estableciendo distancias con un régimen que, por otra parte, empleó hasta la saciedad determinados aspectos folclóricos andaluces tan caros para los descendientes de los viajeros románticos. Moreno Bonilla, en definitiva, trata de dejar atrás la etiqueta franquista que siempre se le ha atribuido a su partido, fundado por Manuel Fraga, espejo galleguista en el que se mira Alberto Núñez Feijóo. Sépalo o no, con la exacerbación del andalucismo que tan buenos resultados parece darle, Moreno Bonilla contribuye a la consolidación de las condiciones necesarias, segunda Transición mediante, para la transformación de España en un Estado federal, en realidad, confederal, que, de algún modo, ya fue insinuado, para luego retractarse, por Elías Bendodo, cuando afirmó que «España es un Estado plurinacional».

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