«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Sevilla, 1986. Periodista. Ahora en el Congreso.
Sevilla, 1986. Periodista. Ahora en el Congreso.

La homologación del régimen

21 de marzo de 2025

La última vez que vimos el sol, de Ábalos conocíamos tres amigas: Jésica, Andrea y Claudia. Cuatro borrascas y varios desbordamientos fluviales después, aparece Nicole en esta primavera ucraniana sin flores y sin risas que sí disfrutaron las favoritas de don José Luis, siempre generoso en las cosas del querer. Tan distinto, por cierto, a las formas del malasañero Errejón, entregado al utilitarismo neoliberal del usar y tirar. Ahí colisionan dos modelos: el fin justifica los medios frente al que pregona que no sólo importa ganar, sino la forma en que se meten los goles. El estilo. La finezza.

El PP, qué duda cabe, abraza el modelo errejoniano del resultado final. Las cuentas. Las celdas del Excel. El cortoplacismo como filosofía de vida. La victoria tecnocrática por encima de todo. Al menos, es la imagen que han construido en el imaginario colectivo. Solvencia y números. Claro que esta semana las circunstancias han empujado a ese ente llamado Génova 13 —¿quién mandará ahí dentro?— a retratarse ante asuntos de calado ideológico al rechazar la inmigración ilegal y el Pacto Verde que luego abraza junto al PSOE en Bruselas.

Sólo Sémper es capaz, contorsiones mediante, de convencernos de que el mismo motivo que rompió los gobiernos autonómicos con VOX es, de pronto, naturalizado como bandera propia, que el PP no ha cambiado de opinión, que siempre ha estado en contra de la inmigración ilegal. ¿Que Mazón reniega del reparto de menas? No pasa nada, los asumen el corazón «asín de ancho» de Bonilla y Ayuso a regañadientes, que reclama muy campanuda a la Unión Europea —¿hay algo más pepero que rogar a Bruselas lo que uno es incapaz de hacer?— que despierte de una vez ante la política migratoria de Pedro Sánchez. Hace un año ambos, PP y PSOE, votaron a favor de regularizar a medio millón de sin papeles con el aplauso de la Thatcher de Chamberí.

Igual sucede con las políticas climáticas. ¿Que Moreno Bonilla ha talado 100.000 olivos en Jaén para instalar placas solares? No pasa nada, Génova rechaza el Pacto Verde en Valencia al tiempo que sustituye el campo español por el marroquí desde Bruselas. Todo cabe en la España de los mil relatos y narrativas por semana. El PP es de derechas y VOX también y si quiere matices vuelva usted mañana.

Estas contradicciones harían despeñarse a cualquier formación y si tal cosa no sucede obedece, en gran parte, a la complicidad de los obispos. El PP puede permitirse vivir en el yin y el yang permanente porque la Conferencia Episcopal recubre sus fechorías con abundante incienso, como el calamar despista con tinta a su enemigo. En España no hay voto católico, pero sí católicos secuestrados por las ondas episcopales que nada dicen de las consejerías de Igualdad, la memoria histórica o las leyes trans cuando son del moderadísimo PP.

La inmigración, sin ir más lejos, es un debate enfocado con el mismo prisma que en la SER. También ocurre con la llamada transición ecológica (desindustrialización revestida de verde) o la política internacional, donde cuelgan el sambenito de radical a quien aplica políticas profamilia y provida, quizá por eso en Bruselas fantasean con la expulsión de Hungría de la UE, sobre todo ahora que Orbán ha eliminado el IRPF para las madres que tengan dos o más hijos. Pura blasfemia en el templo del aborto.

Rara vez el dato mata al relato, como sostiene el más pueril analista, pues la narrativa se impone a la verdad y al hecho objetivo. Si no fuera así, ¿quién se gastaría dinero en propaganda o en comprar a los medios?

En la propaganda se juega este partido y Génova echa el resto. Al tiempo que parasita parte del discurso de VOX, también se suma a la campaña izquierdista para acabar con él. Aranceles, putinejos, financiación ilegal, purgas… Algo no encaja, pues el adiposo cinturón mediático genovés reclama con sospechosa insistencia una gran coalición bipartidista. Si VOX está muriendo, ¿no sería más lógico dejar pasar su cadáver?

Aznar confiesa que prefiere a Felipe González antes que a Abascal (igual que Bush a Hillary y no a Trump) y en ese desprecio calculado VOX debe acordarse de lo que dice Alonso de Mendoza: el día que tengas la homologación del régimen sabes que estás perdido.

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