«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.

Biografía

Alicante, 1987. Escribe noticias desde que tiene uso de razón. Ha trabajado en radio, prensa escrita y televisión en medios como Radio Intereconomía, El Toro TV y Okdiario. Siempre en los últimos reductos de la libertad de expresión.

La muerte política de Irene Montero

15 de junio de 2023

Al comunista Lev Davídovich Bronstein, conocido como León Trotski, lo mató el también comunista Ramón Mercader el 20 de agosto de 1940, en México, después de colarse en su oficina y clavarle un piolet en la cabeza. A la comunista Irene María Montero Gil, conocida como la marquesa de Galapagar, la mató políticamente la también comunista Yolanda Díaz el 9 de junio de 2023 al amenazar a lo que quedaba de Podemos con no ir en sus listas de Sumar si no se quitaban de encima a la autora de la ley sueltavioladores conocida como «sólo sí es sí». 

Y lo que tuvo que dolerle a Irene más que a Trotski el pioletazo fue la reacción de Tania Sánchez, que debía de tener el tuit con el gif de «eso es todo amigos» de los Looney Tunes preparado desde que Pablo Iglesias dejó de refrescarse en el baño con ella para pasar a hacerlo con Montero, todo antes de abandonarla tras una columna en el Congreso. Qué gusto nos dió a muchos retuitear a Tania por primera y última vez. 

A Irene Montero, el golpe de gracia se lo dió una señora de físico fidelcastriano y tirabuzones a lo Dolly Parton en sus mejores tiempos, pero su tumba se la habían cavado ella y Pablo Iglesias solitos. Si este miércoles nos enterábamos de que era habitual que en el Consejo de Ministros les dijeran a sus compañeros socialistas «estáis aquí gracias a nosotros», la relación con todos aquellos que alguna vez fueron confluentes de los morados, no es mucho mejor. 

Ni Teresa Rodríguez ni los comuns de Ada Colau ni Compromís ni IU ni por supuesto Íñigo Errejón soportan a la parejita. El final político de Montero está siendo tan bonito para los que aún intentamos creer que existe la justicia terrenal, que todo parece indicar que no podrá colocarse ni en algún observatorio-chiringuito que le permita pagar la ventajosa pero inevitable hipoteca de la Caja de Ingenieros por la mansión de Galapagar, final esperado por las Pajines, Aídos y Monteros de los gobiernos socialistas hasta ahora.

Díaz convierte cada acto público como Ministra de Trabajo o mitin de Sumar en una serie de balbuceos en los que mezcla palabras rimbombantes con sonrisitas y caras de estar encontrándose favorecida. No dice nada [importante] nunca. Y aún así la mayoría de votantes de la izquierda marginal la prefieren antes que a la heredera de Pablo Iglesias. Que para ser tan aficionado a Juego de Tronos, no ha sabido ver y evitar la traición de una Yolanda empeñada no ya en no tener que seguir soportando a Montero y su banda de Pams —son todas iguales—, sino en no aguantar a un podcaster rancio dándole ni la lata ni órdenes. Cría cuervas y te sacarán los ojos. 

A los morados les queda ahora la opción de concurrir con el partiducho que registraron «por error» al margen de todos los demás izquierdistas radicales o de que los purgados acaben en Canal Red avisando a los espectadores de que deben estar atentos a su correo electrónico porque tienen que pagar las cuotas atrasadas. Esperemos que las guerras intestinas en la izquierda de la última semana hayan sido sólo un preludio de lo que nos deparará el 23J. Que no tengamos que «adolecer de compasión», que diría Yolanda, cuatro años más. 

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