Para nadie es un secreto que después de la salida del republicano Donald Trump de la Casa Blanca la nueva Administración no tardó en hacer un acercamiento con el Gobierno de Caracas, hecho que ocurrió en diciembre del año pasado cuando un avión de la CIA aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía ‘Simón Bolívar’, tal y como en su momento reportaron las cadenas de noticias como CNN y NT24.
Más tarde, otra delegación de alto nivel fue nuevamente a la capital venezolana para avanzar en sus conversaciones con el ilegítimo y narcotiránico Gobierno de Maduro. Estas acciones diplomáticas estuvieron marcadas por el hermetismo y el secretismo, hasta que el propio Maduro las reveló en plena cadena nacional.
Pero no todo quedó allí, la Administración Biden aprovechó la guerra en Ucrania y las sanciones económicas contra el igualmente tiránico y criminal régimen de Vladimir Putin para asomar la posibilidad de compra de crudo venezolano para satisfacer las necesidades del mercado estadounidense y estabilizar el volátil precio del crudo a nivel mundial, una medida hasta ahora rezagada por Biden dadas las rápidas y enormes críticas que recibió en Washington.
Tanto Biden como los senadores paraguayos izquierdistas carecerán de estatura de estadistas si se arrodillan ante Maduro a cambio de petróleo barato
En esa misma tónica, el propio presidente de la Cámara de Senadores del Paraguay, Óscar “Cachito” Salomón, aceptó la solicitud de la diputada chavista y actual vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Iris Varela, más conocida por «Protectora de los Pranes», alias que se ganó dada su estrecha relación con varios líderes de pandillas criminales recluidos en penales y que son llamados «Pranes».
Así, preside una «delegación oficial» integrada netamente por fieles diputados chavistas, tales como José Correa, Óscar Ronderos, Saúl Ortega, Victoria Mata y no podía faltar, la ultra-comunista Blanquita Eekhout, que llegaron suelo paraguayo con un solo objetivo: pedir el apoyo de Paraguay para el reingreso de Venezuela al MERCOSUR como el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Asunción y Caracas a cambio de crudo a buen precio. Es decir, blanquear a la narcotiranía de Maduro.
Cabe señalar que la Cámara de Senadores del Paraguay está bajo el control de los sectores de la izquierda castrochavista que hacen vida en organizaciones como el Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla, razón por la cual aprovecharon este parpadeo de la guerra en Ucrania y el alto incremento de los precios del petróleo como excusa perfecta para «abaratar” el combustible en el país gracias al aporte del crudo venezolano.
Pero ese gran sueño es una doble mentira porque para nadie es un secreto que la otrora Petróleos de Venezuela (PDVSA), modelo de industria petrolera a nivel mundial, dejó atrás su nivel de producción por la alta partidización, la desinversión, la corrupción y la incapacidad gerencial. Hoy, PDVSA, que llegó a producir más de dos millones de barriles diarios, apenas produce alrededor de 600.000 barriles diarios. Así, cualquier acuerdo que suscriba con Paraguay u otro país no lo podrá cumplir.
Los políticos ultraizquierdistas paraguayos están actuando como serviles operadores o tontos útiles de Maduro
Tanto Biden como los senadores paraguayos izquierdistas carecerán de estatura de estadistas si se arrodillan ante Maduro a cambio de petróleo barato. Venezuela no es la única opción, existen proveedores en la región como Canadá, México, Colombia y Ecuador, países que no implican ningún tipo de conflicto y no poseen cuestionamiento alguno en sus gobiernos o en sus industrias petroleras.
El verdadero trasfondo, evidentemente, no es el tema petrolero, sino que los políticos ultraizquierdistas paraguayos están actuando como serviles operadores o tontos útiles de Maduro -ya lo hizo el bufón de la Casa Rosada, Alberto Fernández, quien señaló que la «situación en Venezuela está mejorando»-, pero no debemos olvidar que estamos en tiempos prelectorales y una buena «petroayudita» venezolana siempre es bienvenida para financiar las costosas campañas. Afortunadamente, el presidente Mario Abdo Benítez, se mantuvo incólume en el no restablecimiento de relaciones diplomáticas con Caracas mientras el criminal de Maduro continúe usurpando la presidencia.
