O la Guardia Civil. O las policías autonómicas y locales. Se trata de que los delincuentes sepan que el que la hace la paga y no como ahora porque en España muchos de quienes la hacen, cobran del estado. El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, lo ha pedido públicamente: al reincidente extranjero hay que deportarlo ipso facto. Es lo mismo que pide VOX e incluso algún partido separatista radical como es Aliança Catalana, al que el resto de estelados repudian por su enérgica denuncia de la delincuencia llegada de otras tierras. Vivimos tiempos en que los partidos incrustados en ese Nirvana selecto de la partitocracia viven en su mundo de sueldazos, lenguaje políticamente correcto y escoltas. No tienen que atravesar un descampado a altas horas de la noche al salir del trabajo, no tienen que acudir a un instituto donde son minoría ante los venidos de fuera, no soportan los tiroteos, peleas, amenazas y otras lindezas por parte de okupas y demás ralea.
Los bienpensantes hablan de mediación cultural, de integración, de buenismo. Ya saben, la alianza de civilizaciones de Zapatero que sólo ha servido para que España sea el destino de toda la gente que no quieren en sus lugares de origen y que, una vez llegados aquí, han copado las ayudas y se hayan organizado en bandas. No es la opinión de este cronista. Acudan a los datos del propio Ministerio del interior y lo verán. Por eso cada vez que oigo chorradas como esto de la mediación cultural pienso que los mejores mediadores son las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado. ¿Saben por qué? Porque su misión es cumplir y hacer cumplir la ley. Es decir, ellos están para que se respeten las reglas del juego y se eviten las trampas, los abusos y sacarse el as de la manga cuando el otro no mira. Todo Occidente se está replanteando sus políticas de acoger a inmigrantes, especialmente cuando provienen de ciertas partes del mundo. Es tarde, pero mejor es eso que lo que hacían hasta ahora, a saber, cerrar los ojos y decir que todo eran patrañas de la fachosfera.
Los que nos oponemos a los sistemas dictatoriales, en los que la única ley que vale es la de la fuerza, tenemos que estar, precisamente por eso, en contra de quienes pretenden apoderarse de nuestras calles, de nuestros pueblos y de nuestro país por la vía del machetazo, el arma de fuego y la agresión física. No hemos recorrido un camino histórico tan largo y difícil como para borrar el concepto de la igualdad entre ciudadanos y tragarnos seráficamente que se nos tenga atemorizados por la delincuencia y por aquellos que la defienden y te atacan por ser un facha si les llevas la contraria. Es el momento de que reaccionemos todos, da igual el partido, porque el violento no conoce ni siglas ni ideas. La prueba de que este es un problema transversal que afecta a toda la sociedad la tienen ahí. Albiol, del PP, es tan contundente en este asunto como un separatista. La verdad es la verdad, la diga quien la diga.