La Ā«cuarta transformaciónĀ» de AndrĆ©s Manuel López Obrador (AMLO) es, de fondo, una teorĆa que intenta hacer percibir a su movimiento como uno de los sucesos mĆ”s importantes de la historia de MĆ©xico, al mismo nivel que tres grandes eventos previos: el primero es la Independencia (1810), el segundo la Guerra de Reforma (1858), de Benito JuĆ”rez, y el tercero la Revolución (1910).
Pero sucede que ninguno de esos tres movimientos que han marcado la historia mexicana fueron impuestos desde el poder, como sĆ lo estĆ” siendo la ācuarta transformaciónā de AMLO.
Ninguno de ellos se calificó positivamente a sà mismo valiéndose de las estructuras del Estado, y mucho menos fue puesto en marcha financiado por los impuestos, como sà lo hace este invento del actual presidente mexicano.
La Guerra de Independencia fue dirigida, a grandes rasgos, por Miguel Hidalgo y Costilla, interesante personaje, que a la postre ha sido llamado āel Padre de la Patriaā: un sacerdote católico, y al mismo tiempo masón -con cinco hijos, que sĆ reconoció-, rector del Colegio de San NicolĆ”s, y que con el estandarte de la Virgen de Guadalupe, lideró un ejĆ©rcito de cerca de 40 mil soldados.
La Guerra de Reforma tuvo como contexto la Ley Lerdo, en la que se promovió la venta obligatoria de los bienes de la Iglesia Católica, lo cual fue un ataque directo a la religión de la inmensa mayorĆa de los mexicanos, a manos de gente cercana a Benito JuĆ”rez, considerado por AMLO el mejor de los presidentes del paĆs.
Luego vino la Ley de Nacionalización de los Bienes EclesiĆ”sticos, con lo que tales inmuebles pasaban de manos eclesiĆ”sticas a las de āla Naciónā, lĆ©ase, a las del gobierno de JuĆ”rez. Una vil expropiación, justo como las hechas por Hugo ChĆ”vez en Venezuela.
La Revolución mexicana tuvo una gran connotación de izquierda, buscando quitarle las tierras a sus legĆtimos propietarios para regalarlas a campesinos para que supuestamente las trabajaran.
Un serio conflicto que en cambio sĆ fue desencadenado desde el poder, fue la Guerra Cristera, causada por el presidente Plutarco ElĆas Calles, un rabioso enemigo de la religión católica que violó sistemĆ”ticamente el derecho de culto y la libertad religiosa de la gente, ocasionando una fuerte reacción de los devotos, que tomaron las armas ante el asesinato de sacerdotes y de fieles a manos del gobierno federal.
Pero el ejemplo mĆ”s cercano en ideologĆa e intenciones a lo que hoy promueve AMLO, es la revolución cultural china de Mao Tse Tung, un āmovimientoā (1966-1976) totalmente dirigido por la mente perversa y asesina de este lĆder chino.
Veamos. La revolución cultural maoĆsta bĆ”sicamente tuvo dos propósitos. Uno, neutralizar āya fuera golpeando, encarcelando o incluso asesinando- a todos los disidentes del pensamiento Ćŗnico y hegemónico de Mao. Y dos, buscar acabar con la religión y con las costumbres y tradiciones milenarias de China.
Para esto, Mao ideó como un elemento fundamental de su revolución cultural, una reinterpretación de los hechos del pasado, una āreingenierĆa de la historiaā. Para ello se valió de libros, pinturas, mĆŗsica y obras de teatro representadas por sus guardias rojos, en las que todo lo que antes era apreciado era presentado como carente de valor, y donde Mao y sus ideas eran exaltados como lo Ćŗnico aceptable. Tales obras de teatro eran itineradas por todo el paĆs, bajo la protección y liderazgo de este obeso lĆder.
AMLO deja ver la influencia de la revolución cultural maoĆsta en su movimiento cuando ha puesto en marcha una reinterpretación de la historia mexicana, en muchas formas, entre las que destaca el borrar de los libros de texto de la educación bĆ”sica, todo lo que considera pensamiento āde derechaā.
AsĆ lo dijo textualmente AMLO recientemente: āSe quitó contenido neoliberal de los libros de textoā.
Es conocido que Ć©l llama āperiodo neoliberalā al comprendido entre 1982 y 2018, donde gobernaron el PRI y el PAN de forma intercalada, y que realmente no dejaron atrĆ”s cierto nivel de asistencialismo, con lo que no pueden considerarse realmente āneoliberalesā.
Pero esto a AMLO no le interesa, dado que el jefe de Estado mexicano es dado a inventar enemigos a los que pueda culpar de todo lo que ocurre, aún ahora que lleva gobernando 4 años ya.
Una nota periodĆstica lo expone de esta forma: āEl presidente de MĆ©xico, AndrĆ©s Manuel López Obrador, informó que se modificó el contenido de 2 libros de texto gratuitos de la SecretarĆa de Educación PĆŗblica para educación bĆ”sica. Precisó que el sentido ‘neoliberal’ y ‘porfirista’ fue sustituido por uno ‘humanista’ā.
El movimiento maoĆsta de AMLO desea cambiarlo todo desde cero, partiendo al paĆs en dos: los que estĆ”n con Ć©l y los que estĆ”n en su contra.
Su justificación fue la siguiente:
āEs un tema importantĆsimo, tenemos que revisar los contenidos de los libros, porque los actuales tienen que ver con una concepción que predominó durante mucho tiempo. Se inscriben esos contenidos en lo que fue la llamada polĆtica económica neoliberal o neoporfirista, la cual tiene como eje el individualismo, el salir adelante sin escrĆŗpulos de ninguna Ćndole, poner por delante lo material, tan es asĆ que por esa polĆtica económica suprimieron la impartición de civismo, Ć©tica, hablaban del fin de la historiaĀ».
Y remata:
āNo les va a gustar a los conservadores pero se tiene que formar a partir del humanismo, con valores como la honestidad, la fraternidad, la igualdad, el hacer a un lado el clasismo, el racismo, la discriminaciónā.
Por supuesto, para AMLO āclasismoā no es en el que Ć©l mismo incurre todo el tiempo, cuando llama āfifĆsā a miembros de un sector de la población que goza de buenos ingresos, o cuando desprecia a la clase media por ser -segĆŗn Ć©l- āaspiracionistaā.
Tampoco se ve a sà mismo como racista cuando rechaza el legado de la hispanidad exigiendo al Rey Felipe VI de España o a su presidente que pidan perdón por las atrocidades de HernÔn Cortés y sus compañeros de lucha en tierras hoy mexicanas. Y eso que es nieto de un español de Cantabria.
Tampoco ha de sentir que discrimina a los conservadores, cuando todos los dĆas los critica, los ofende y les atribuye toda suerte de conductas delictivas, desde corrupción, hasta saqueos de la riqueza nacional. Es un asecho a los conservadores, desde el poder, un discurso de odio que pone en riesgo la integridad de quienes suscriben tal estilo de vida.
AMLO deja ver la influencia de la revolución cultural maoĆsta en su movimiento cuando ha puesto en marcha una reinterpretación de la historia mexicana
Y si hablamos de promover la honestidad, AMLO ha traĆdo a MĆ©xico a personajes deleznables, como a Miguel DĆaz-Canel, Evo Morales, NicolĆ”s Maduro y a Lula Da Silva āquien estuvo preso 19 meses por corrupción-, justo lo que dice combatir el mandatario socialista blando de MĆ©xico.
Otro rasgo de su revolución cultural maoĆsta posmoderna mexicana es el obligar a todos los que cuentan con doctorados, maestrĆas y otros altos grados acadĆ©micos, en su gobierno, a que omitan anteponer a sus nombres tales tĆtulos, firmando sus documentos oficiales sólo como Ā«ciudadanosĀ».
Un elemento mĆ”s de su revolución cultural es el supremacismo indigenista, consistente en una hermenĆ©utica sesgada de la historia (similar en mĆ©todo y objetivos a la TeorĆa CrĆtica de la Raza en los Estado Unidos) que presenta a los indĆgenas como habitantes de un EdĆ©n prehispĆ”nico, un lugar idĆlico donde reinaba la paz, la igualdad, la salud, la fraternidad, y todo era felicidad.
Todo, hasta que llegaron esos espaƱoles y trajeron consigo epidemias, tortura, asesinato y saqueos. Ya saben, la leyenda negra. Aunado a esto, AMLO usa como logotipo de su gobierno a un dios azteca, el Quetzalcóatl āla serpiente emplumada- que ademĆ”s de ser esto una violación a la laicidad del Estado, promueve de paso un dios de un imperio, cuando la izquierda siempre se ha llenado la boca alegando que es āanti imperiosā. Evidentemente eso sólo aplica cuando se trata de los āyanquisā. Y ahora ya ni eso, porque Biden es amigo de los dictadores de AmĆ©rica.
Asimismo, AMLO āargumentando āausteridad republicanaā le bajó con total arbitrariedad los salarios a funcionarios medios y altos del gobierno, en un 35% y hasta 45%, segĆŗn refieren los propios afectados, muchos de los cuales salieron huyendo de esas filas. Es otra caracterĆstica de su ārevolución culturalā.
En fin, no podemos ser exhaustivos en enlistar aquĆ todas las facetas del movimiento maoĆsta de AMLO, que desea cambiarlo todo desde cero, partiendo al paĆs en dos, los que estĆ”n con Ć©l y los que estĆ”n en su contra. Pero sus caprichos personales estĆ”n a la vista de todos, incluyendo, por cierto, grandes inversiones en el deporte favorito de todo dictador socialista que se respete: el beisbol.