«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Las corrientes renovadoras

4 de abril de 2023

Corrientes renovadoras las llaman, y su función responde a tal nombre. Lo que hay a la izquierda del PSOE es desde la caída del Muro o, aun antes, desde que Carrillo decidió pisar moqueta, poco más que un eterno retorno que nos debería enseñar algo. ¿Hay a centro y a derecha algo que sea sustancialmente distinto de lo que pasa en la izquierda?

A finales del siglo pasado, se creaba la Nueva Izquierda de Diego López Garrido y compañía, y son décadas ya de transformar los espacios de la izquierda para tejer con diálogos alternativas transformadoras en Este País, que así suena la jerga creada en consonancia con unos programas de liquidez creciente.

Parecería que el liderazgo de Yolanda Díaz supera los partidos, que «dialogan» grupúsculos y familias,  pero un partido permanece, y con ello la realidad partitocrática: permanece el PSOE, y sólo se modifican sus complementariedades. La izquierda está condenada a renovarse y el PSOE, siempre el mismo, es un señor mayor que cambia de playmate. Y para eso sirven las corrientes renovadoras, para ir adaptando sociológicamente lo que sumar o añadir, el «tuneo» de la izquierda. 

Las corrientes renuevan el aire como conductos de ventilación y nunca pasa nada, todos los cambios son lampedusianos y sólo importa el saldo neto: quién ha ejercido el poder (quién se lo ha llevado) y cuánto van cambiando las formas de que no cambie nada. 

Pablo Iglesias ya suena a otro tiempo. ¿No nos lo notamos cuando ponemos música? El mojo, el zeitgeist, el poder comercial de nuestros estribillos. El tiempo pasa rápido. Ha sido una década y Yolanda Díaz dice lo mismo, pero de otra manera. No hay grandes diferencias de programa, de ideas. Los que no estaban por la labor de acercarse a IU ahora están de acuerdo en acercarse, aunque IU tampoco sea lo mismo. Cambian sólo las palabras. El susurro de Zapatero y luego de Sánchez se hace ya cómico en Yolanda Díaz, y quizás lo más interesante sea comparar, siendo todo lo mismo, cómo cambian las palabras y las formas. ¿Qué ha obtenido la izquierda desde 1989 y en qué está ahora mismo? Lo trans, lo LGTBI, los afectos, el feminismo siendo ser-mujer algo abierto y decidible… Estas «corrientes» se alejan de lo orgánico de los partidos, pero para depender de lo orgánico mediático. Sin grandes aparatos, mandan los medios. ¿Quién ha convertido a Yolanda Díaz en alternativa? Su función es la misma que tenía Pablo Iglesias y lo curioso es ver cómo se pasa del aspecto vallecano autoparódico de Iglesias al look «Sexo en Nueva York» de Yolanda Díaz. Es una izquierda de nuevo no reñida con el chic. Izquierda femenina, urbana, posindustrial, verde, rosa, multicolor, deslocalizada, desmaterializada, que estando a la izquierda del PSOE pudiera parecer a su derecha, más centrada. Es lo que ella aporta: más izquierda es, a la vez, más centro. Podría perfectamente tomar el brunch con Borja Sémper. Los vasos comunicantes con el centro-derecha están ahí, puesto que en ambos casos salen de los grandes depósitos mediáticos y culturales. Su utilidad es su mérito: captar la moda como un «coolhunter», integrando en el sistema puntos porcentuales de interés político, en realidad, aspiración libidinal (ganas de sexo y presupuesto).

La nueva novísima izquierda renovadora de Sumar está a la izquierda del PSOE y a su derecha, envolviéndolo. Más pactable y manejable, obtiene su poder de los medios de comunicación. Aparato tiene el PSOE, lo demás son pufs, módulos desmontables. El populismo llega como jóvenes airados, y se renueva en anexo esponjoso y adaptativo.

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