«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Biografía

Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Lo que necesitamos es amor

12 de julio de 2023

Hay gente que ha muerto y que siento que ama aún, escribió Balzac, ese gran conocedor del alma humana. Hay verdad en ello, porque podemos sentir el cariño de aquellos que nos han precedido en el Gran Viaje hacia el otro lado. Eso es motivo de reflexión en este mundo descreído, materialista, que niega la espiritualidad y todo lo cifra en carnes, placeres fugaces, hedonismos monstruosos y, en definitiva, en el egoísmo más descarnado y feroz. La antítesis del amor, que si el Diablo es lo contrario de Dios el egoísta no puede ser más que la otra cara del amor. Quizá a muchos les parezca pueril hablar de estos asuntos en la España que vivimos, desgarrada entre pasiones oscuras, esas que arrancan de la sepultura de la historia viejos fantasmas para que nos aparten la atención de los vivos.

Pero juzgo, modestamente, que tan importante es hablar en épocas electorales de economía como de amor. Sé que muchos estarán riéndose pensando que mi ingenuidad roza el infantilismo, pero les ruego que se formulen la siguiente pregunta: ¿Hay acaso fuerza más poderosa que la del amor? ¿No creen que todo el mundo lleva varios «te quiero» de retraso, parafraseando la célebre frase de Bogart? ¿Acaso el amor, que conlleva entrega, comprensión, sacrificio, altura de miras y sincero interés por el otro no es el mejor programa ya no político, sino de vida que pudiera nadie ofrecernos?

Pero pocos líderes hablarán del amor, del amor que todo lo empapa, como dijera San Agustín cuando nos exhortaba a no llevar ese amor solamente en la lengua, mientras alojamos la indiferencia en nuestros corazones. Decía que amásemos sobre todo, que si callábamos lo hiciésemos con amor, que si chillábamos lo hiciésemos con amor, que si perdonábamos lo hiciésemos con amor. Amar a pleno pulmón, amar con todo nuestro ser, amar porque sin amor no existe vida digna de ser llamada como tal. Esta sociedad precisa de un tsunami de amor cierto, no de ese amor prefabricado envuelto en celofán de colorines. Me refiero al amor sólido que resiste los embates diarios de la vida, el que sabe que no siempre gana quién más ama, aunque quién no ame estará abocado siempre a perder. Hablo del amor alegre, el que se recrea en los detalles, el que huye de excusas y abraza una fe robusta en la vida, en el prójimo. Tengo para mí que sabríamos mucho más de nuestros políticos si en lugar de debatir sobre esto y aquello lo hicieran sobre cómo viven ellos el amor, que papel ocupa en sus vidas, cómo aman, como conciben ese sentimiento que nos eleva de nuestra condición de bestias o de simples números en una monstruosa estadística de alguna multinacional. Quisiera saber cómo practican el amor por sus parejas, sus hijos, sus amigos, sus ideas, su país. Porque el amor es un músculo invisible de nuestras almas que debe fortalecerse a diario. ¿Cuántas veces necesita que le cojan la mano, que le abracen, que le den un beso, que le digan que todo irá bien?

Eso quisiera saber yo de los candidatos.

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