«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.
Barcelona 1959. Escritor y periodista. Su último libro publicado es “PSC: Historia de una traición” (Deusto, 2020). Premio Ciutat de Barcelona año 2000 en Radio y Televisión.

Los misterios de París

10 de julio de 2024

Si ustedes son amantes del folletín —servidor lo es y mucho— conocerán sin duda la enorme obra Los misterios de París de Eugene Sue. Ahora resulta imposible concebir el tremendo éxito que supuso en su época, pero catapultó al escritor, hijo de familia rica que dilapidó su fortuna dedicándose a recorrer los bajos fondos de la capital del Sena, retratándolos después en sus novelones. Dicen los historiadores que uno puede formarse una idea más o menos exacta de cómo era el París del barrio de la Cité o el Temple en 1838 si leemos esta obra. Sue era, sin duda, un gran literato, pero poseía una vena de periodismo verité, es decir, que contaba mucho de lo que veía: la miseria de las clases desfavorecidas, la brecha entre éstas y la cómoda burguesía que bajo el rey Carlos X disfrutaba, como siempre lo hacen mande quien mande salvo en sistemas socialistas, de un laissez faire-laisser passer olímpicamente displicente.

Uno se pregunta si la literatura seguirá cumpliendo ese encargo, ese mandato de narrar lo que ve. Igual que Simenon emplea como pretexto al comisario Maigret para retratar a su París gris, invernal, con ese cielo color pureé de pois, ¿Que podrán leer los futuros franceses del París de los próximos diez años? ¿El vandalismo de los chalecos amarillos, de las hordas de vándalos, de la inseguridad en las banlieues, de los atentados de Bataclán o de Charlie Hebdo? Si Sue o Dumas o Leroux viviesen ahora ¿qué escribirían acerca del crimen y de los criminales? Reformulo la pregunta: ¿la corrección política les dejaría hacer descripciones reales, auténticas, o deberían usar eufemismos para no caer en delitos de racismo, xenofobia, homofobia, hidrofobia o intolerancia a la lactosa? Porque Souvestre y Allain, prodigiosos creadores de Fantômas, hablaban del milieu parisino y ponían a caer de un guindo a los apaches, los delincuentes organizados en bandas terribles que eran el azote de la noche. Ahora me temo que les obligarían a hablar de reinserción, del sucio capitalismo, de como integrar en la sociedad a esos portadores de navaja que cruzaban las caras a sus amantes si las creían infieles. ¿Qué misterios de París podrían escribirse cuando la nación vecina vota en primera vuelta de manera inapelable a Marine Le Pen y en la segunda, ganando dos millones de votos más, resulta perdedora? ¿Podría un escritor de folletín actual titular una de sus entregas Le magistrat cambrioleur , traducido literalmente como El Juez Ladrón, como hicieron los padres de Fantômas?

¿Quién hablará de lo que pasa en los bajos y altos fondos franceses? ¿Alguien osará decir que existe una invasión que se ha apoderado de la patria de esos folletinistas? ¿Se atreverá a denunciar algún autor la sociedad secreta que mueve los hilos de esta trama? Un misterio del que nadie se atreve a escribir. Es un tabú, es algo de lo que no se habla. ¡Silencio! Nadie diga nada o se la juega porque los poderosos son aquellos que no vemos. Allí y aquí.

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