«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Macarena Olona

28 de marzo de 2021

Grande Marlasca –vamos a dejarnos ya de la coña de la “k”-, ha decidido acercar a las provincias vascas a uno de los más sanguinarios asesinos de la ETA. El PNV se habrá sentido, como los herederos de la banda terrorista, los de Bildu, profundamente agradecido al juez que instruyó las causas contra Henri Parot que terminaría siendo condenado, por sus múltiples crímenes, a 4.000 años de prisión. Pocos días atrás, al fin, una parlamentaria española valiente, justa y decidida, Macarena Olona, de Vox, le cantó las cuarenta al maqueto Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados y heredero de las históricas fechorías de sus antecesores. Macarena no dudó en afirmar, y en la presente ocasión levantando la voz que la indignación demanda, que la ETA no hubiera existido de no contar con el callado beneplácito del PNV. Y de un sector muy amplio y significativo de la Iglesia vasca, del empresariado, y en su conjunto, de la sociedad callada y temerosa –y se entiende el temor-, que eligió la comodidad ante el riesgo. Con honrosas excepciones.

Le dediqué a Telesforo Monzón un poemilla, ‘El Extranjero’, con una estrofa final que me valió dos querellas, amenazas de muerte, y toda suerte de inquietudes familiares

De joven, en un bar de Urrugne, ví a Telesforo Monzón por primera y única vez en mi vida. Compartía unos tintos y cervezas con un grupo de amigos entre los que se encontraba el cabrón del Padre Larzábal, párroco de Socoa, al que Dios –soy creyente y lo deseo-, es de esperar que no haya perdonado. Como a monseñor Setien, el malvado obispo de San Sebastián que se atrevió a decirle a María San Gil, cuando ésta, aún conmocionada por el asesinato de Gregorio Ordóñez de un disparo en la nuca y en su presencia, “que dónde estaba escrito que a todos los hijos había que quererlos por igual”. María San Gil le terminaba de confesar al obispo con apellido montañés nacido en Hernani – Patria-, que no se consideraba amparada por su obispo, siempre dispuesto a perdonar a los verdugos y a obviar la existencia de las víctimas. De vuelta a Telesforo Monzón, que era un imbécil, caricatura viva del peor tópico de los vascos, declaró poco después de aquella tarde que “era extranjero”. Yo escribía versos satíricos en Sábado Gráfico, y le dediqué a Telesforo Monzón un poemilla, El Extranjero, con una estrofa final que me valió dos querellas, amenazas de muerte, y toda suerte de inquietudes familiares. Lo lamenté profundamente por mi padre, donostiarra profundo aunque nacido en Madrid, que estaba ilusionado por su nominación para recibir “El Tambor de Oro” de San Sebastián, y por mi culpa, su ilusión terminó en la papelera del despacho del alcalde. Esos versos finales nada tenían de groseros y faltones.

                       Pero piénselo primero

                       Y no pierda su decoro.

                       ¿Cómo va a ser extranjero

                        Llamándose Telesforo?

Detrás de todo ello estaba el Gran Jefe, Arzallus, jesuita, inteligente, culto, gran orador y con capacidad sobrada de engañar a cualquiera. Engañó al Rey, a Suárez, a Calvo Sotelo, a Felipe González y a José María Aznar. Todos fueron traicionados. Y en los tiempos más criminales de la ETA, según cuenta Juan María Bandrés en sus “Memorias”, pasaba a Francia a exigir a la banda “más leña” con el fin de conseguir más transferencias autonómicas. “Más leña” era más sangre, más dolor, más muerte y más heridas. En el caso de Parot y su “comando”, los asesinatos del teniente General Gómez Hortigüela, del teniente General Quintana Lacaci, del General Ortín, del General lago y del Almirante Cristóbal Colón, Duque de Veragua. Inducidos por “Josu Ternera”, fueron Parot y los suyos los autores del atentado contra la Casa-Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, con 11 víctimas mortales, cinco de ellas, niños.

Marlasca ha ordenado su acercamiento. Del Puerto de Santa María a una prisión cercana al País Vasco para que no tenga que desplazarse en exceso cuando Sánchez le entregue al PNV y Bildu la responsabilidad de administrar sus centros penitenciarios. El PNV, sí, el PNV.

De haber nacido veinticinco años antes, hoy Macarena Olona estaría muerta

Nada se puede arreglar. Pero si aplaudir a quien ha tenido el valor de señalar al PNV como el fundamental apoyo a la ETA desde 1975. Macarena Olona, que de haber nacido veinticinco años antes, hoy estaría muerta. Unos hacen política para ganar dinero – Iglesias y Montero han multiplicado sus patrimonios por seis en pocos años-, otros para favorecer la descomposición de España, y otros para representarnos con su verdad y su coraje a millones de españoles, proclamando sin reservas y en sesión parlamentaria lo que tantos sabíamos y tanto nos callábamos. Por eso asesinaron a Gregorio Ordóñez. Hoy matan la libertad y la unidad de España, con el PSOE de cómplice fundamental. Y Macarena se lo dice al maqueto Esteban para que los que no sufrieron los tiempos del terror, sepan de qué fue la cosa. Dios le ampare y se lo pague.

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