«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El mal de Grecia

8 de julio de 2015

Tras el referendum, la última oferta hecha por el Gobierno griego a Europa no contempla ningún cambio nuevo a los ya anunciados. Ni lo harán nunca, ya que los cambios que solicita Bruselas, para que sean efectivos para los griegos y Europa, han de repercutir directamente en la nefasta clase política griega, es decir, han de recaer en toda la estructura burocrática construida desde hace años por los diversos gobiernos, empresas y jueces afines, en beneficio y privilegio de ese contubernio tan perjudicial para el pueblo griego. Sólo recae en el propio pueblo que ya no puede aguantar más. Esto lo venimos padeciendo también en España, aunque después del costo y desembolso inútil que ocasionan las Autonomías con sus múltiples duplicidades, triplicidades, etc. e inmensos privilegios para ellos, queda aún algún dinero para repartir entre los españoles; en Grecia, una vez priorizada la clase y estructura política, no queda un céntimo (ni mañana un dracma) para dar a los griegos.

Esto es lo mismo que quiere Podemos, y todos los partidos populistas y nacionalistas de extrema izquierda, así como Venezuela que es el ejemplo para  esta gente; en este País sus dirigentes y clase afín, son millonarios, mientras el pueblo pasa hambre y necesidades, como está ocurriendo en Grecia. Si en el referéndum del pasado día 5 hubieran preguntado al pueblo dónde había que hacer los recortes, otra hubiera sido la respuesta, pero han sido maliciosamente engañados por sus dirigentes políticos y de gobierno, cuyos intereses y circunstancias personales (miles de millones de euros despilfarrados) son el mal de Grecia. Igual que en España.

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