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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Mar de fondo

10 de marzo de 2017

Hace ya seis meses que en España los partidos políticos consiguieron un acuerdo de investidura para reelegir Presidente del Gobierno a Mariano Rajoy, evitando así las terceras elecciones en un año.

El PSOE por unos motivos, abstenerse, y Podemos por otros, haber impedido un gobierno del PSOE provocando así unas segundas elecciones en las que bajo de votos, entraron en crisis. Podemos la ha zanjado con Vista Alegre II, dándole todo el poder a los “soviets ” y apostando por ser un partido extremo en la forma y el fondo con un único líder. El PSOE camina hacia la elección de un nuevo secretario general, quien tendrá que diseñar un estrategia eficaz para ser el partido líder de izquierdas frente a Podemos y un partido ganador frente al PP. Por su lado la coalición gubernamental, PP y C’s, adolece de una falta total de química. El PP indica sin parar que prefiere una gran coalición con el PSOE a gobernar en minoría con C’s, éstos reaccionan erosionando bases de poder territorial del PP, como en Murcia.

En estos seis meses se han aprobado algunas medidas sociales, subida del salario mínimo; presupuestarias, techo de gastos vital para las Comunidades Autónomas mayoritariamente gobernadas por el PSOE con Podemos o C’s; una comisión de investigación sobre la crisis financiera y bancaria desde el 2000. Poco más ha habido. El debilitamiento de las relaciones entre los socios PP y C’s no augura grandes iniciativas conjuntas, por su parte el PSOE entra en un periodo precongresual que tampoco le ayuda a pactar con el gobierno. Este por su parte no parece tener una agenda política y económica, más allá de defender la reforma laboral de la pasada legislatura. La coyuntura económica, por su lado, no impone urgencias con las economías de la zona euro acelerando su crecimiento, bajando el desempleo y subiendo la inflación, bajo el amparo de una política monetaria generosa y un índice euro depreciado.

Así que quietud, salvo las iniciativas de la oposición que de momento parece más interesada en el control que en la alternativa al gobierno: comisiones de investigación frente a impulsar leyes, donde ponerse de acuerdo parece difícil. Otra cosa es que el frente europeo se estropee, con la consecuencia de una nueva crisis euro y de deuda soberana.

España está bien valorada por mercados e inversores, pero sus niveles de deuda son altos (más del 300% del PIB de deuda total) y sus niveles de déficit no bajan lo suficiente como para enfrentarse a una crisis sin la ayuda del BCE. Es de esperar que el BCE no deje nunca más su papel de último proveedor de liquidez y solvencia para los gobiernos euro.

La realidad del mapa español después del supuesto fin del bipartidismo es que todos gobiernan en algún sitio, con pactos. A nivel municipal el PSOE con Podemos dio un gran salto en 2015 a costa del PP, que venía de un gran triunfo en 2011. El PP conservo algunas autonomías gracias a pactar con Ciudadanos, salvo el mantenimiento de la mayoría absoluta en Galicia. PP, PSOE y Podemos están en gobiernos, por su lado Ciudadanos ha preferido no adquirir demasiadas responsabilidades de momento lo que le impide tener nuevas caras y más protagonismo.

En el frente de ocupar gobiernos las cartas están dadas hasta 2019 cuando haya elecciones autonómicas y municipales. Aunque no hay que olvidar el gran asunto de unas elecciones anticipadas en autonomías, otra vez Murcia, pero también a nivel nacional. Aquí la teoría oficial es que el PP seria nuevamente el beneficiado por un adelanto electoral.

C’s parece encontrar otro leit motiv que la corrupción para erosionar al PP

Para el PSOE la cuestión paradójicamente seria superar más ampliamente a Podemos y viceversa para Podemos. Mientras Ciudadanos no parece encontrar otro leit motiv que la corrupción para erosionar al PP. En este tema el gobierno ha hecho un gran esfuerzo en nombrar un nuevo equipo en la Fiscalía General del Estado, ante la perspectiva que el final de sus principales juicios (Gürtel, Bárcenas) será en los próximos dos años. Sorprende que Ciudadanos haya asistido a este esfuerzo gubernamental con bastante pasividad. He aquí una razón para que Rajoy no quiera adelantar elecciones, ya que los adelantos electorales los carga el diablo y antes habrá que intentar dejarlo todo cerrado.

En paralelo y con vida propia sigue la “pasión de catalanes “, tan afortunadamente definida por Carlos Herrera. Pese a la ofensiva de dialogo por parte de la Vicepresidenta, la actual mayoría parlamentaria catalana no ceja en su empeño de preparar la ruptura con España. La estrategia del gobierno durante la pasada legislatura, aplicar la ley, empieza a materializarse en peticiones por parte de los fiscales de inhabilitaciones, casi exclusivamente para personas de la antigua Convergencia. Si se confirman esto el liderazgo quedaría expedito para Esquerra.

¿Es factible que Rajoy aplique el 155?

¿Busca la antigua Convergencia un escenario de caos con la aplicación del artículo 155 de la Constitución como alternativa a la inmolación? ¿Es factible que Rajoy dé ese paso tan excepcional sin convocar antes o después elecciones? Las respectivas actitudes de PSOE, Ciudadanos y Podemos serían a tener en cuenta: un frente constitucionalista frente al nacionalismo y Podemos, que haría al PSOE más que socio del PP con el añadido de la posición del PSC, que no es fácil acepte la suspensión del autogobierno. Podemos es la primera fuerza en Cataluña y unido a los nacionalistas arroja una amplia mayoría parlamentaria y social.

Camino pues el de la aplicación del articulo 155 más que problemático. Ante el aumento del desafío y de las respuestas judiciales que lo irán paralizando la convocatoria de elecciones autonómicas, las cuartas en seis años pueden servir para un cambio de interlocutores por el lado catalán, Esquerra en vez de Demócratas de Cataluña. El mapa político catalán previsiblemente seguirá yendo hacia la fragmentación. Habiendo sido sacrificados Convergencia y el PSC le tocara el turno a Esquerra: viraje o choque una vez más. Así no parece que España se enfrente de momento tanto a la secesión de Cataluña como a su ingobernabilidad crónica, lo que es menos grave pero grave.

La falta de fragmentación por la derecha le da muchos respiros al PP

En España gozamos de estabilidad en 2017 mientras muchos países europeos tienen citas electorales electrizantes. Pero como la risa va por barrios el año puede acabar muy distinto que como ha empezado con un PP sin socios políticos. La soledad política del gobierno es un mal escenario cuando su principal activo pretende ser la estabilidad y la confianza.

La falta de fragmentación por la derecha le da muchos respiros al PP, pero si no hay recuperación de poder territorial, autonomías y ayuntamientos, su papel se reduce a ser un inevitable gobierno nacional en minoría. La apelación al sentido común, que tan a menudo es invocada por Rajoy, choca con este precario equilibrio. Para decirlo todo hay poder territorial que puede ser recuperado, tanto por la fortaleza del PP como por la decepción de los gobiernos Podemos. Hasta que veamos si eso pasa o no las cosas seguirán como hasta ahora, quietitas pero intranquilas.

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