«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

Mentira y violencia

4 de diciembre de 2022

El trayecto de la mentira hacia la violencia no siempre es corto, pero animado por la izquierda casi siempre lo ha sido. Sucedió en Cuba y está sucediendo en España. No comparen más a España con Venezuela, porque España va al ritmo de Cuba, o sea, va más rápido hacia el abismo, aplaudiendo y con idéntico contenido de engaño y desencadenamiento sucesivo de la violencia que en la Cuba castrista.

Debiéramos distinguir entre violencia «justificada» y la «injustificada», y estaríamos citando al ensayista de origen polaco Leszek Kolakowski (1927-2009). Me dirían que cualquier violencia debiera ser injustificada. No, tal y como afirma Leszek Kolakowski, «la violencia puede ser considerada justificada (aunque no siempre prudente) siempre y cuando no haya otro medio para conseguirlo (el fin que nos proponemos)».

«Una tiranía, por ejemplo, sólo puede combatirse con la violencia e incluso los teólogos cristianos postulan que matar al tirano está justificado»; no puedo estar más de acuerdo. Fidel Castro no debió de haber muerto en su cama, debió de ser eliminado, pero ya sabemos que el pueblo cubano entre la rufa y la riña está más dispuesto para la roña con fondo de tambores, y ahí se queda todo…

No comparen más a España con Venezuela, porque España va al ritmo de Cuba, o sea, va más rápido hacia el abismo

El caso es que esta evidencia filosofada por Leszek Kolakowski se hace más chambona, infausta y calamitosa a manos de la izquierda. La izquierda conoce que debe invariablemente inventar un conflicto, una causa, una fuente de violencia, para lograr sus propósitos, y así lo consigue mediante la mentira.

Continuemos con Leszek Kolakowski: «En los países totalitarios, hemos sido testigos de una lucha que tuvo éxito, a pesar de no ser violenta, pero tuvo lugar cuando el totalitarismo estuvo ya muy debilitado; cuando era fuerte y pudo ser cruel impunemente, la no violencia no hubiese tenido la menor oportunidad de éxito…». No sé si se dan cuenta a dónde quiero llegar. A la izquierda se le dan tan bien las batallas porque nos hace creer que vivimos bajo tiranías de las que nos pretenden, no sólo liberar con urgencia, sino además defender hasta lo infinito. ¿Cómo lo hacen? Pues lo hacen usando el engaño, la finta, y por supuesto la violencia que para ellos no es ofensiva ni constituye un daño, pues nos impone que la identifiquemos como causa, combate o lucha de ideales, creando así un conflicto humanitario eterno que nos mantiene ajenos a nuestros objetivos primordiales: la libertad, la vida, la compasión, la fortuna.

Es esto lo que estamos viendo en España, el Gerardo Machado y el Fulgencio Batista de los españoles, que para los cubanos han sido la pesadilla y el coco infantil usado para sembrar pánico hasta el hartazgo por el castrismo, se llama Francisco Franco; de esa «sombra» dictatorial no se librarán jamás ni siquiera admitiendo que una vez exhumado como se vanagloria Pedro Sánchez de haberlo hecho todo habría terminado, pues otras oscuridades y otros amagos surgirán de esa misma figura, o sea, se inventarán otros conflictos para continuar manteniendo al pueblo español en un puño primero, luego en el cepo del comunismo, con todas sus letras y consecuencias.

La izquierda conoce que debe invariablemente inventar un conflicto, una causa, una fuente de violencia, para lograr sus propósitos

Donde lleva razón Pedro Sánchez es que Pedro Sánchez sin Francisco Franco no es nadie, ni lo será nunca. Es más, mientras más Pedro Sánchez sea Arnaldo Otegui, o sea, un criminal, más lo enfrentará a Franco, en la narrativa de la criminalidad real o falsa, criminal no come criminal. Los criminales suelen gustar al gran público, ser adorados por las masas que sin ser oprimidas dan cualquier cosa, hasta la vida, por devenirlo, por convertirse en pilares humanos de criminales.

Las más recientes acciones del Gobierno español contra la democracia, contra la Constitución y contra el poder judicial así lo constatan. En estos días varios opositores han enumerado las mentiras que han traído como resultado niveles de violencia reales. Como cuando se asesinó a un español por usar tirantes con la bandera española, o se apedreó a una diputada de VOX hasta partirle la ceja (si la piedra hubiera dado un poco más al lado, en la sien, la historia hubiera sido otra, habría sido tragedia irremediable), y sin embargo un excremento argentino enquistado en el Gobierno se divirtió de lo lindo y hasta comentó que se trataba de salsa kétchup, el tipo de chiste que usaba el carnicero de La Cabaña, el otro argentino que más cubanos ha asesinado con el tiro en la nuca, el Che Guevara. No hay nada peor que un tullido déspota.

Por eso voy más lejos que Leszek Kolakowski, creo que antes de que la violencia se haga eterna, como la noche en Cuba (cito al comandante Huber Matos, 22 años encarcelado por Fidel Castro, habiendo sido un luchador anti batistiano), ésta se debiera usar de forma preventiva contra la violencia actual, que podría ser definitivamente perpetua.

Esta gente no saldrá del poder por las urnas, comprobado está. Insisto en que debiera existir un resquicio constitucional que, al ser ya tan sumamente violentos, porque lo son, no hay que demostrarlo, ellos mismos se encargan de probarlo a diario, se obligue a estos malhechores a dimitir masivamente.

No soy política, no conozco los intríngulis de la política. Pero digo igual que como de otra manera ha escrito Leszek Kolakowski con toda su inmensa filosofía, y hubiera pensado cualquier guapo de La Habana Vieja: «Antes de que vengan contra mí, voy contra ellos». No queda de otra: «Pedro Sánchez o España». Comunismo o Libertad.

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