«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.

Miedo a la libertad

14 de julio de 2014

Mucho miedo hay que tener a la libertad para tratar de cercenarla por todos los medios. Y mucha intransigencia demuestra el que pretende prohibir y eliminar todo aquello que no comparte.

El artículo 16 de la Constitución Española “garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades”. Pero esa libertad no está garantizada en la Universidad Complutense de Madrid. 

Hace ya tiempo que su rector, José Carrillo, declaró la guerra a los católicos, tratando de borrar todo vestigio religioso en el campus. El hijo de Santiago Carrillo prefiere fomentar el proselitismo marxista, convirtiendo en profesor honorario a Pablo Iglesias, y apoyar el guerracivilismo, erigiendo monumentos a los brigadistas internacionales.

Cada cierto tiempo, grupos de alborotadores que están en contra de la libertad de los demás, atacan los oratorios que hay en el campus, ofenden a quienes los frecuentan y cometen sacrilegios, mostrando así su intransigencia hacia aquello que no comparten. Las autoridades del Rectorado prefieren mirar hacia otro lado y seguir fomentando sus actividades de carácter ideológico.

Ahora, el decano de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, ha decidido desmantelar la capilla de su Facultad, que es una de las siete que hay en la Complutense, junto a las de Derecho, Químicas, Educación, Ciencias de la Información y Filosofía, en el campus de Moncloa; además de la de Psicología, en el campus de Somosaguas. Los oratorios están amparados por el Acuerdo sobre Asistencia Religiosa Católica, firmado el 20 de diciembre de 1993, por el entonces arzobispo, Ángel Suquía, con el que era rector de la Universidad, Gustavo Villapalos.

El Rectorado ha recibido, en apenas unas horas, decenas de miles de mensajes de quienes consideran que el cierre “vulnera los derechos de sus alumnos, viola el principio de libertad religiosa e incumple los acuerdos de su Universidad con el Arzobispado de Madrid”. Pero, por el momento, no hay orden de paralizar las obras que deben iniciarse el martes, 15 de julio, para convertir el lugar de culto en un aula.

Si la Universidad es el templo de la sabiduría, la ciencia y la ilustración, debería ser también el santuario de la libertad, el entendimiento y la concordia. Parece un tanto trasnochado pretender imponer ideología a los demás a base de prohibir y desmantelar. Pero el miedo es libre, y algunos se espantan del poder de quienes tienen principios morales. Ellos manejan mejor la fuerza de las armas que la de las convicciones, y prefieren laminar a esos oponentes. El propio Stalin se mostró más partidario de las armas que de los principios cuando le preguntó a un atónito Pierre Laval, ministro de Exteriores del Frente Popular francés, aquello de “¿cuántas divisiones tiene el Papa?”.

Hay que explicarle a José Carrillo que no debe tener miedo a la libertad y que respetar las creencias de los demás es el primer paso para reafirmarse uno mismo en sus propias convicciones. Aunque, tal vez, no lo entienda.  

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