«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Quince años en el diario líder de información económica EXPANSIÓN, entonces del Grupo Recoletos, los tres últimos años como responsable de Servicios Interactivos en la página web del medio. Luego en Intereconomía, donde fundó el semanario católico ALBA, escribió opinión en ÉPOCA, donde cubrió también la sección de Internacional, de la que fue responsable cuando nació (como diario generalista) LA GACETA. Desde hace unos años se desempeña como freelance, colaborando para distintos medios.
Quince años en el diario líder de información económica EXPANSIÓN, entonces del Grupo Recoletos, los tres últimos años como responsable de Servicios Interactivos en la página web del medio. Luego en Intereconomía, donde fundó el semanario católico ALBA, escribió opinión en ÉPOCA, donde cubrió también la sección de Internacional, de la que fue responsable cuando nació (como diario generalista) LA GACETA. Desde hace unos años se desempeña como freelance, colaborando para distintos medios.

¿Nadie va a pedir perdón?

22 de julio de 2022

No sé a ustedes, pero a mí cada vez me cuadra menos todo esto. Se nos dijo que la pandemia acabaría cuando una proporción suficiente de ciudadanos (la famosa «inmunidad de grupo») se hubiera vacunado con la milagrosa vacuna de urgencia, con una eficacia del 98%.

Luego se admitió que, vale, la vacuna no impedía que te contagiaras ni que contagiaras a otros, pero al menos no enfermabas. Está bien, quizá sí cayeras enfermo, pero leve, sin necesitar hospitalización, y tal vez la eficacia de la vacuna no es tan alta como se creía, ni mucho menos. De acuerdo, puedes acabar hospitalizado, pero… ya siguen ustedes.

Ayer supimos que el presidente de Estados Unidos, con la doble pauta y el refuerzo, ha dado positivo por covid. También han caído la principal autoridad sobre la estrategia contra la pandemia en Estados Unidos, el Dr. Anthony Fauci, y uno de los peores «tiranos pandémicos» del momento, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que convirtiera su país en un infierno para los rebeldes no vacunados.

“Esta mañana, el presidente Biden dio positivo por covid-19”, reza el comunicado de la Casa Blanca. «Está completamente vacunado y dos veces reforzado y experimenta síntomas muy leves. Ha comenzado a tomar Paxlovid. De acuerdo con las pautas de los CDC, se aislará en la Casa Blanca y continuará cumpliendo con todas sus funciones durante ese tiempo. Ha estado en contacto con miembros del personal de la Casa Blanca por teléfono esta mañana y participará en sus reuniones planificadas en la Casa Blanca esta mañana por teléfono y Zoom desde la residencia”.

«De acuerdo con el protocolo de la Casa Blanca para casos positivos de covid, que va más allá de la guía de los CDC, continuará trabajando de forma aislada hasta que dé negativo», agrega el comunicado. «Una vez que dé negativo, volverá al trabajo en persona».

¿Nadie va a pedir perdón, disculpas? ¿Nadie va a rectificar y reconocer que la vacuna no ha sido exactamente la panacea que se nos prometió?

«Para cumplir plenamente con la exigencia de transparencia, la Casa Blanca proporcionará una actualización diaria sobre el estado del presidente mientras continúa desempeñando todos los deberes de la oficina mientras está aislado», continúa el comunicado.

«Según el protocolo estándar para cualquier caso positivo en la Casa Blanca, la Unidad Médica de la Casa Blanca informará a todos los contactos cercanos del presidente durante el día de hoy, incluidos los miembros del Congreso y los miembros de la prensa que interactuaron con el presidente durante el viaje de ayer», señaló el comunicado. “La última prueba previa del presidente para covid fue el martes, con un resultado negativo”.

El Ejército de Estados Unidos alerta de un déficit de reclutas este año para satisfacer la necesidades de Defensa, después de licenciar a miles de soldados que se han negado a vacunarse. Las compañías aéreas están cancelando miles de vuelos por falta de pilotos por la misma razón y los hospitales se resienten por la falta de sanitarios. Eso, sin contar los miles de despedidos por la decisión de Biden de obligar a las empresas grandes y medianas a mantener toda su plantilla vacunada.

¿Nadie va a pedir perdón, disculpas? ¿Nadie va a rectificar y reconocer que la vacuna no ha sido exactamente la panacea que se nos prometió, aunque solo sea por la vida arruinada a tantos disidentes, especialmente entre sanitarios y funcionarios públicos, de los que hay una alarmante necesidad ahora? No caerá esa breva.

Fondo newsletter