Un tipo que dio un golpe y huyó de España en un maletero es hoy la llave del bipartidismo para aferrarse o tomar el poder. Con eso está todo dicho de la salud democrática y la solidez del sistema que unos defienden y otros, despertados del dulce letargo por el Tribunal Constitucional, lloran por las esquinas. Zapatero mendiga a Puigdemont el apoyo a la ley Bolaños y el golpista, como el escorpión que mata a la rana, exige un poder judicial propio para Cataluña. A Pujol, por cierto, no le hizo falta tanto para irse de rositas. Y eso lo saben muy bien hasta en Abu Dabi.
La corrupción se funde con el quinto parón ferroviario del año y los aeropuertos se unen al caos. Montero habla de sabotaje y Tezanos dice que las grabaciones con las voces de Ábalos y Santos Cerdán son un montaje. En mitad del espectáculo llega el fin de semana de la regeneración socialista y la vuelta del PP de los valores. Los titulares, como comprobamos estos días, ya están escritos.
Sánchez anunciará el sustituto de Cerdán y una batería de medidas contra la corrupción. Endurecerá el código ético, habrá más controles internos y quizá más voces femeninas que amainen la tormenta. Ellas no sabían que entre sus compañeros había sucios machistas que además robaban. El partido es la víctima, que es la vuelta a la canción del verano que Manolo Chaves puso de moda hace década y media: los ERE fraudulentos son cosa de cuatro golfos. El hit actualizado lo entona ahora otra andaluza, María Jesús, que asegura que Santos, Ábalos y Koldo no tienen nada que ver con el PSOE.
Sin atisbo de sonrojo veremos a unos enarbolar la bandera contra la corrupción y a otros la batalla de las ideas. El Comité Federal no se celebra para recuperar a su propia parroquia, sino para suministrar más analgésicos a un pueblo, el español, de natural manso al que ahora todo esto le pilla con las chanclas camino del chiringuito o de blanco y pañuelico rojo en la curva de Estafeta.
Claro que en la fiesta de los aspavientos nadie gana en escenificación a los partidos a la izquierda del PSOE, que estos días ensayan pose indignadísima. La OTAN es una coartada tan válida como las corruptelas para marcar perfil propio. Yolanda e Irene están que fuman en pipa con el aumento del gasto militar y la porquería de los socialistas, tan enojadas están que seguirán apoyando a Sánchez dos años más.
Enfrente el cónclave de Feijoo proyecta la ilusión de una alternativa. El menú es tan distinto al de Ferraz que el PP se echa en brazos de Puigdemont como remedio contra Sánchez. De nuevo la burguesía catalana más antiespañola, la del 1 de octubre y el 3%, es el corcho en mitad del naufragio. Tradición muy genovesa, por otra parte, desde el pacto del Majestic, cuando Aznar entregó el alma de la juventud al separatismo, aunque el modelo autonómico a esto lo llama transferir las competencias de educación.
Los bandazos son consustanciales a la dinámica bipartidista y el PP llega a su congreso para practicar la gimnasia de la confusión. Los medios de la peperosfera le han allanado el terreno, pues leemos que la moción de censura ya no es un balón de oxígeno a Sánchez, sino una oportunidad de retratar a sus socios. Este cambio de opinión, ya es casualidad, coincide con el de Feijoo.
Seguimos leyendo y nos encontramos que el índice de la ponencia política es una hermosa cáscara vacía, un atractivo envoltorio sin fondo. Habla de conceptos elevados. Nación, libertad, seguridad, la familia como prioridad, la vivienda —nos cuentan en rigurosa exclusiva— es un bien asequible y no un lujo. Y hasta de la educación en libertad, pues propone «eliminar radicalmente el sectarismo y el adoctrinamiento ideológico de las aulas», aunque desconocemos si se refieren a las leyes arcoíris autonómicas del PP.
En la ponencia hay un capítulo dedicado a la defensa del español en términos genéricos («España debe reconocer la grandeza el español») sin mencionar que el Estado discrimina a los niños en su propio país y les impide estudiar en la lengua común, derecho recogido en la pisoteada Constitución. Mejor aún es que mencione la «igualdad de oportunidades» en la educación el partido que se indigna por el fin del español en la web de la Casa Blanca mientras mantiene el apartheid lingüístico en Galicia.
En cualquier caso, lo más interesante del fin de semana será observar cómo las dos cabezas del dragón juegan al y tú más al tiempo que eluden cualquier responsabilidad por la herencia envenenada. De que haya más perros que niños, que hayamos pasado de sólo un 9% de mujeres sin hijos al 25%, de un millón de extranjeros en los años noventa a nueve millones actuales, de un 70% de menores de 35 años propietarios de una casa en el año 2000 al 85% que hoy vive con sus padres. Ninguno, por supuesto, se responsabiliza de haber robado el futuro a una juventud que llegará a la jubilación a los 71 años y con una pensión raquítica.
Este fin de semana el régimen de la amnistía no rendirá cuentas. En la víspera Rajoy insiste en que la solución es una gran coalición a la alemana, así que el comité socialista y el cónclave pepero no son más que fuego de distracción para Charo Chárez y Búmer Búmerez que, al fin, pueden irse de vacaciones porque todo queda atado y bien atado.