Cuantos leyeron ayer las declaraciones del presidente del Partido Popular diciendo que es más fácil -y deseable para él y su partido- pactar con el Partido de Sabino Arana que con el de Ortega Lara pudieron quedar estupefactos. Lo dijo. Y así se escribió. Con total claridad. Con evidente intención. Con deseo cierto de que el contenido de esas declaraciones llegase al lugar adecuado; no solo a la sede de la presidencia del gobierno regional vasco, sino también a la sede del gobierno regional catalán, y del valenciano y del balear. Que lo leyesen en Fomento del Trabajo, en las patronales subvencionadas, en las sedes de CCOO y UGT, en Bruselas, en la Internacional Demócrata Cristiana, en todas las sedes del Partido Popular que aún están abiertas, y sobre todo que lo leyesen los directores y propietarios de los medios de comunicación cercanos a su partido.
La primera muleta del Partido Popular será el partido (…) de los que gestionaron con la eficacia de un cirujano los efectos y réditos políticos del asesinato
Se lanzó la consigna con claridad; un día 15 de agosto, día grande de la España mariana; de María, no de Mariano, uno de esos días en que los españoles están en cualquier cosa que no sea la política. Hay que seguir el proceso de ninguneo y menosprecio al votante y al representante de VOX pero que nadie se dé cuenta, y por eso el 15 de agosto.
Que se nos vea como gestores, consigna genovesa. Sin acritud. Y por eso es importante que todos perciban que (si perpetramos el engaño, se dicen) la primera muleta del Partido Popular será el partido gestor por excelencia: el partido de los que gestionaron con la eficacia de un cirujano los efectos y réditos políticos del asesinato, la extorsión, la coacción, el secuestro y la persecución política de españoles por parte de la banda criminal ETA. Tan buenos gestores que recogían las nueces políticas de una organización marxista y leninista haciendo creer a todo el mundo que seguían siendo un partido conservador y católico. Bueno, a todo el mundo no. A unos cuantos, muchos en realidad. Gran parte de ellos coinciden con quienes creen que lo mejor para España es un gobierno de gestores.
El presidente del Partido Popular explicó también el fundamento profundo de su estrategia: su PP coincide en la política autonómica, en la política europea y en la política constitucional con el PNV y no con VOX
El engaño, bien lo saben ustedes, será negar que vayan a conceder nada más de lo ya cedido al separatismo vasco, catalán, gallego, balear o valenciano. Se trata, en fin, de que las «élites» del núcleo duro de Génova engañen masivamente a sus propios afiliados y votantes; hacerles creer hasta el último momento que pueden gobernar solos, que en su caso pactarán con VOX, y que, a fin de cuentas, han aprendido ya la lección. Y luego, pactar con quien sea preciso para alcanzar o mantener el poder, con quien sea que no sea VOX. Otra vez, la historia de las últimas décadas en España: las falsas «élites» –en este caso internas de partido– traicionando las verdaderas necesidades, intereses y voluntad de los españoles de a pie.
El presidente del Partido Popular explicó también el fundamento profundo de su estrategia: su Partido Popular coincide en la política autonómica, en la política europea y en la política constitucional con el PNV y no con VOX. Vamos, que su visión de Europa es la que dicte Bruselas, su visión de España la que establezca el Tribunal Constitucional, pactado con laPSOE; y su política constitucional, la que dicta la supervivencia política.
Pero no nos ha de sorprender. Habituados a gobernar sin freno opositor, a atropellar sus programas y promesas, a querer controlarlo todo –sindicatos, patronales, medios de comunicación-, necesitan del apoyo de quienes han hecho lo mismo y quieren seguir haciéndolo en esas partes tan amadas de España como Cataluña, Galicia, Baleares, Vascongadas o la región valenciana, a la que llama país.
Tampoco nos puede sorprender que haya quienes, quizás inconscientemente, quizás movidos por la desesperación personal ante las decisiones del peor gobierno de España en décadas, no resistan el martilleo de la información unilateral y sesgada dada por personas aparentemente respetables desde púlpitos mediáticos más o menos relevantes; información sustentada en falsos lugares comunes y en prejuicios que nacen del error, de la ignorancia y de la falta de formación política.
Pero no importa. No importa nada de todo esto. No importa que algunos, por miedo a los poderosos y a los ricos, deseosos solo de mantener su statu quo, incapaces de hacer el bien, de buscar la justicia o de preservar el tesoro de la unidad, quieran vender la idea de que el partido de Sabino Arana es mejor que el de Ortega Lara.
Hemos de seguir en la calle y con el pueblo español. Ofreciendo alternativa en todos los temas. Explicando y exponiendo nuestra Agenda España
Nosotros hemos de combatir los falsos lugares comunes y los prejuicios, el error y la ignorancia, con nuestra dedicación, esfuerzo, estudio y trabajo. Y con nuestros propios medios de difusión, si los «oficializados» pretenden ocultarnos.
No importa. Hemos de seguir en la calle y con el pueblo español. Ofreciendo alternativa en todos los temas. Explicando y exponiendo nuestra Agenda España; exigiendo que se dé a los españoles la voz y la palabra. Exigiendo que sean oídos en todos esos temas, esenciales, donde unos y otros, gestores todos de sus intereses partidistas, han olvidado los problemas reales de España: dependencia energética, inexistente política de agua, falta de protección de nuestros sectores productivos, empleos precarios, inseguridad en las calles, invasión inmigratoria, gasto político desmesurado, y sobre todo, esa desazón del pueblo español de no ser dueño de su destino, porque otros lo manejan por él en conciliábulos en Vitoria, Barcelona, Bruselas, Nueva York o Davos.