«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Vicepresidente Primero Acción Política de VOX. Jefe de la Delegación de Vox en el Parlamento Europeo. Abogado del Estado
Vicepresidente Primero Acción Política de VOX. Jefe de la Delegación de Vox en el Parlamento Europeo. Abogado del Estado

No, la ley no es la expresión de la emotividad popular

1 de septiembre de 2021

Respuesta a «Los afganos tienen cero capacidad de integración», de Alfredo Semprún (La Razón, 26 Ago. 2021)

Van estas letras en respuesta a la pluma de Alfredo Semprún que publica en La Razón de 26 de agosto de 2021 «Los afganos tienen cero capacidad de integración», en las que ataca una pretendida posición personal o de VOX. Tres cosas dice el señor Semprún: que no es oportuno señalar la posibilidad de infiltración terrorista entre refugiados, su reconocimiento de que países terceros acogen a afganos y exposición de un caso particular, el de una doctora en Administración Pública que se encuentra en Turquía tras salir de Kabul con marido y familia.

Más interés tiene lo que escribió en su artículo «El valle de los viejos leones», del 19 agosto de 2021, en las que habla de la bandera alzada de la resistencia contra los Talibán en el Panjsir: ahí podríamos encontrarnos juntos, defendiendo la valentía de esos leones, avanti ragazzi di Bazarak, avanti ragazzi di Golbahar!

El problema es que el artículo del señor Semprún tergiversa, conscientemente entiendo, lo que VOX ha dicho al respecto desde el primer momento. Desde la emotividad pretende burlarse de una posición sustentada en el sentido común y la razón, como es la nuestra. ¿Por qué esa insistencia desde determinados medios en manipular o tergiversar lo que dice VOX? Puedo entender que un periodista tome partido, pero no que su partido sea la falsificación del mensaje.   

La fortaleza del Estado de Derecho se erige hoy como la mejor garantía frente a quienes pretenden destruir nuestra Civilización

¿Es preciso aclarar de nuevo la posición de VOX sobre cómo debe España afrontar la crisis provocada por la retirada de la comunidad internacional en Afganistán? En primer lugar, repatriar a nuestros nacionales; segundo, por justicia, acoger a los afganos -y a sus familias- que sirvieron en nuestras misiones diplomática y militares; tercero, procede, en interés de los huidos, que los afganos se establezcan en países de cultura y estilo de vida con los que se identifiquen por lazos de tradición, religión, lengua y otros; y cuarto, que cualquier excepcional solicitud de asilo de afganos debe ser analizada caso a caso, muy restrictivamente, primando sobre cualquier otra consideración «la seguridad interior o exterior de España, y… el orden público».

Puede que no sea políticamente correcto escucharlo, pero es precisamente esto lo que dispone la Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria. Dura lex sed lex.

Para esto, entre otros motivos, surgió VOX: para alzarse sobre la tediosa letanía del emotivista consenso progre; para hablar cuando otros callaban y defender la justicia, el sentido común y el imperio de la ley. La fortaleza del Estado de Derecho se erige hoy como la mejor garantía frente a quienes pretenden destruir nuestra Civilización e imponer el emotivismo sentimental allí donde debiera gobernar la racionalidad.

Fomentemos que los países mahometanos donde residen afganos les protejan (también Turquía)

Desde Garicano a Almeida, pasando por Sánchez y Belarra, apelan a la emotividad y promueven la llegada de una afluencia masiva de personas desplazadas desde Afganistán, ajenas a nuestra cultura y estilo de vida; cuando ya España es objetivo principal de las redes de inmigración ilegal, y solo un ciego no vería que esto pondrá en riesgo a nuestra comunidad, además de amenazar la seguridad nacional y el orden público.

Fomentemos que los países mahometanos donde residen afganos les protejan (también Turquía); acojamos excepcionalmente a la minoría cristiana afgana, tras examen riguroso de las situaciones concretas, y en su caso apoyemos a esos soldados que se baten como leones en el Panjsir, siendo agentes de protección en ese Afganistán donde se vertió sangre española por defender la Paz.

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