«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Núñez corroe la ‘regeneración’

25 de diciembre de 2014

Josep Lluis Núñez no debería haber salido de la prisión de Quatre Camins, con un tercer grado penitenciario, solo 38 días después de su ingreso como autor de un delito de “cohecho activo”. Un delito que se cometió en los años 1994 y 1995. La decisión favorece a Núñez y es discriminatoria con el común de presos que no pueden pedir tercer grado hasta estar debidamente “clasificados” en prisión y eso nunca lleva menos de dos o tres meses.

¿Por qué Núñez y su hijo se han beneficiado en tiempo récord? Pues, básicamente por lo mismo que se beneficiaron de una instrucción de más de siete años y un trasiego de recursos de más de nueve. Por lo mismo que obtuvieron de la sala civil del Tribunal Supremo una rebaja de su condena de 6 a sólo dos años. O por lo mismo que la multa de 2 millones de euros se perdió por el camino judicial y ni siquiera la abonó. Por lo mismo que aspiraban a un “indulto” con el que traficaba hasta el Pequeño Nicolás. O porque son delincuentes catalanes y allí los fiscales pactan abono de elevadas sumas a cambio de no ingresar en el trullo (eso ocurrió en el ‘caso Pallerols’). O porque en Cataluña, el director de la cárcel de Quatre Camins debe más obediencia a Artur Mas que a Instituciones Penitenciarias y para Mas, Núñez siempre será “uno de los nuestros” aunque su catalán fuera macarrónico.

Por todo eso, hoy damos el dudoso ejemplo de combatir la corrupción sacando a “Núñez por Navidad”. Ya puede decirlo el Rey Felipe o su porquero, aquí eso de la regeneración no nos lo vamos a creer. Cuando a un tipo como el constructor Núñez, cuesta veinte años meterlo en el talego y  tarda solo 38 días en salir sacudiéndose el polvo de la solapa. Algo falla Rey Felipe.

Deben tener en cuenta que Núñez estaba en la cárcel por defraudar a Hacienda pero sobre todo por corromper funcionarios de la Hacienda Pública. Estaba porque compró con viviendas, garajes y casas a los inspectores que le investigaban a sus empresas. Núñez era además de corrupto, corruptor de funcionarios públicos.  Aun peor, en su escándalo salió manchado por tocar la sucia fortuna del “hombre de las esquinas” el Delegado Especial del Estado para Hacienda en Cataluña, Miguel García Hoffman, con media docena de inspectores tributarios. “Toma majo, que Hacienda somos todos”, les decía Núñez mientras les dejaba distraído las escrituras de sus nuevas propiedades entra la contabilidad de sus empresas.

 

Un tío así no puede obtener el “tercer grado” en tiempo récord. Aunque solo sea porque alguien pueda sospechar que haya podido volver a corromper a funcionarios de otro Ministerio. Sólo por eso, Núñez tenía que haber cumplido su pena. Y que no se me diga que se le aprecia enfermedad, o que sale por motivos de edad, porque también ha salido su hijo, José Luis Núñez Navarro.

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