«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El pico se va a pique

16 de agosto de 2013

De cuando en cuando surgía del suelo un líquido viscoso y negro que anegaba los campos, y los arruinaba. “La maldición de Texas”, llamaron entonces a aquél petróleo. No tardó mucho el ingenio humano en convertirla en una bendición. Convenientemente refinada, se ha convertido en el combustible del siglo XX. Y eso que había quien pensaba que era flor negra de un día, o poco más. El Informe Geológico de los Estados Unidos de 1914 dijo que la producción se agotaría en los siguientes 10 años. El informe de 1939 dijo que se agotaría en 1952. El informe de 1951 dijo que se agotaría en 1964. Los agoreros que dicen que veremos el fin del petróleo. Pero lo que hemos visto es el fin de sus predicciones, que han acabado todas en el basurero de la historia.Marx nos enseñó que en la era moderna no hay profeta con visos de triunfo que no revista sus visiones de ciencia. ¡Cienciología, verbigracia! Los ecologistas, que por algo son discípulos del burgués barbudo, lo tienen marcado a fuego, el mismo fuego eterno al que creen que estamos condenados por habernos atrevidos a elevarnos por encima de la condición de las bestias. Y como la ciencia, en la era de la televisión, tiene forma de gráficos y curvas, los agoreros tienen su curva particular. Le llaman por su punto más alto: el “pico” del petróleo. Fue descrita por Hubbert, no confundir con Hubbard, el de la cienciología del pillaje.Su lógica es implacable. Se basa en dos axiomas. Todo lo que sube, baja. Y si no queda convencido, vamos con el segundo: de donde no hay, no se puede sacar. Vale, puede que su pensamiento no sea muy profundo, pero sus fieles son hombres de números ¡y gráficos, vive Dios! Y ven en cada pozo que se seca una nueva esperanza para su catastrófica profecía.Pero una y otra vez ocurre lo inesperado. Resulta que la producción de petróleo se adapta perfectamente a las necesidades de la sociedad, y que cuando es necesario, el capital, aliado con el conocimiento, va ofreciendo mejores tecnologías, que hacen su producción más barata y profunda (literalmente), y uso más eficiente, o más productivo. La caída que se experimentó de 1978 a 1983 fue un receso en una carrera que lleva a cotas cada vez más altas. Hoy más que doblamos la producción mundial de petróleo de los años 60.Y las perspectivas son francamente buenas. Las proyecciones actuales apuntan a que Arabia Saudita va a seguir manteniendo su abyecta corte sobre la producción de crudo, pero que la carrera que va a seguir Estados Unidos les relegará a un segundo plano. China es un país inmenso, sobre el que el capitalismo no ha podido volcar todo su poder hasta recientemente. Y ya están apareciendo nuevos pozos por explotar. Lo mismo cabe decir de gran parte de África.La sociedad avanza, y el pico se va a pique. Pero como su análisis no cambia, siguen dándose contra la realidad como las moscas contra un cristal. Hasta que se rompan la cabeza.

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