«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
María Zaldívar es periodista y licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina. Autora del libro 'Peronismo demoliciones: sociedad de responsabilidad ilimitada' (Edivern, 2014)
María Zaldívar es periodista y licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina. Autora del libro 'Peronismo demoliciones: sociedad de responsabilidad ilimitada' (Edivern, 2014)

Por qué ganó Donald Trump

16 de noviembre de 2024

En los últimos días han corrido ríos de tinta con análisis, comentarios y opiniones alrededor del contundente triunfo de Donald Trump. Más allá de las simpatías, hay datos objetivos que lo explican, dejando de lado las preferencias ideológicas.

El mundo se hace varias preguntas; el perfil de los votantes del republicano es una de las principales; pero también el papel de los medios de comunicación durante las elecciones y por qué perdió Kamala Harris si las encuestas la ubicaban remontando el escaso entusiasmo que despertaba Joe Biden.  

Esta elección demostró varios hechos indiscutibles: que los demócratas perdieron terreno entre los votantes de las clases trabajadoras y que la supuesta mejora en el posicionamiento de Harris, más que una tendencia cierta, se trató de la ayuda que le aportaron los medios, masivamente demócratas. Para el fino observador, que se hayan quedado en la paridad y que ninguno se haya atrevido a adelantar una victoria demócrata es un claro indicio de que el «empate técnico» no era tal. Simplemente manipularon a la audiencia para crear un clima a favor de Kamala como último recurso sobre los indecisos. 

La campaña de Harris intentó instalar que Trump era una amenaza para la democracia y que sólo ellos podrían dar vuelta la historia. Pero parece que el público razonó: si Trump iba a destruir la democracia, por qué no lo hizo en el anterior mandato y si Harris era la indicada para salvar al país de la decadencia, por qué no lo logró mientras fue vicepresidente.

Los hechos indican que había un electorado enojado y listo para el cambio. Eso generalmente significa que el partido en el poder es castigado. El alza de los precios afectó a la gente y Trump hizo increíbles avances entre los hispanos y los miembros de la clase trabajadora. Para el votante común, las cosas simples cuentan.

El candidato republicano hizo un mejor trabajo al hablar de las inquietudes de esas personas, que han estado en el lado perdedor de la globalización. Esos votantes indecisos de la clase trabajadora están más preocupados por el precio de los alimentos que por cualquier otra cosa y Trump solo tuvo que decirles: «Cuando yo era presidente, los precios eran más bajos; acabaré con la inflación cuando vuelva a ser presidente».

Uno de los detalles más llamativos de estas elecciones es el avance que Trump ha logrado entre los hispanos, y especialmente entre los hombres hispanos. El ejemplo más sorprendente es el condado de Miami-Dade, en Florida, donde Hillary Clinton ganó por 24 puntos en 2016; ahora en 2024 Trump lo dio vuelta y obtuvo 11 puntos por encima de Harris. Y no es un caso aislado, ya que muchos distritos hispanos en las fronteras de Texas y Arizona muestran cambios de similar magnitud. 

Quedó en evidencia que los temas de los que hablan los demócratas no atraen a estos hispanos de clase trabajadora. Los candidatos demócratas pasaron mucho tiempo difundiendo anuncios sobre el aborto y tratando con ello de atraer a las mujeres suburbanas. Eso puede haber desanimado a muchos hombres hispanos porque, mientras se enfocaban en los famosos «derechos reproductivos» de algunas, no repararon en los problemas económicos de todo ese segmento social. 

Alentada por el resultado de las elecciones intermedias de 2022, Harris se centró en el tema, gastando millones de dólares en publicidad televisiva y organizando multitudinarios eventos con la participación de figuras del espectáculo destinados a atraer mujeres.

Sin embargo, el aborto no era la preocupación dominante en la medida en que lo era la economía. Este es un enorme problema del socialismo que se repite alrededor del mundo y a través de la historia: ellos trazan planes partiendo del hombre ideal, del que imaginan. Hacen trajes a medida de ese votante imaginario mientras que los republicanos adaptan las políticas y los proyectos a las necesidades del hombre real. 

Los demócratas han pasado de contar con un promedio del 33% entre los hispanos a uno del 7%. Este es el bloque de votantes más dinámico y de más rápido crecimiento del país y el equipo republicano se dio cuenta. 

Otra variable clave que les pasó desapercibida a los demócratas son las votantes pro-vida. Las mujeres que están a favor de las restricciones al aborto, existen y superan en número a las mujeres afroamericanas en una proporción de tres a uno. Otro error de evaluación que tuvieron demócratas, encuestadores y medios de comunicación, que sostenían que el voto femenino le era esquivo al republicano; quedó demostrado que hay una porción del electorado que son mujeres, que están a favor de la vida y que no se inclinarían por una candidata abortista.

Después de que Biden se retirara a mediados de julio, los demócratas rápidamente se unieron en torno a Harris y se aseguraron de que ella obtuviera la nominación. Nadie se atrevió a competir contra la vicepresidente pero ¿era la persona adecuada para el puesto? Los analistas sugieren que Biden se fue muy tarde y que ella no era particularmente popular. Así que parte del problema fue que la gente simplemente no sabía quién era Kamala; se esforzó, entonces, por crear una sensación de entusiasmo que solo emocionó a los medios. A ellos les gusta el espectáculo pero no resonó en la persona promedio con preocupaciones concretas.

Perdieron con Hillary, perdieron con Kamala. Esta última derrota hará menos probable que los demócratas nominen a una tercera mujer para la presidencia en los próximos años. 

Otro tema a considerar fue el papel que jugaron los medios de comunicación en la campaña. El trumpismo se ha vinculado a menudo con los medios informativos en las pequeñas ciudades de Estados Unidos y ha criticado la cobertura política de los periódicos tradicionales. Las redes sociales significaron un espacio en el que Trump y sus seguidores se movieron con mucha comodidad y eficacia. La micro-selección de hombres jóvenes es algo que los republicanos también implementaron en 2016 al publicar sus mensajes y comprar anuncios en espacios nada convencionales porque los jóvenes son menos proclives a votar y se informan por redes informales. Y fueron por ellos.

Los demócratas, por el contrario, todavía están muy apegados a los medios tradicionales y prestan mucha atención a lo que publican el Washington Post y el New York Times, posiblemente por el trato amigable que esos grandes periódicos les dispensan; pero resulta que no todo el mundo lee «New Yorker». Por el contrario, desatendieron el reclamo de la gente que quería escuchar de ellos algo referido a sus principales preocupaciones. 

Y así llegamos al triunfo que pintó de colorado el mapa de los Estados Unidos que merece el reconocimiento a la constancia del candidato pero también cabe valorar la capacidad del pueblo americano para interpretar, elegir sin dejarse confundir por el relato ideologizado y dar un golpe de timón para que Estados Unidos siga siendo la tierra donde cualquier individuo, del origen que sea, hace realidad el sueño americano. 

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