«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Rajoy se vuelve mundano

15 de diciembre de 2015

Nuestros comportamientos vienen condicionados por el entorno que nos rodea. Los problemas, los disgustos, las soluciones a los mismos o las alegrías que adornan nuestra existencia son siempre consecuencia de situaciones proyectadas respecto del ser humano, tenga o no éste responsabilidad en su origen. Controlar las emociones que de ellas se derivan nunca es tarea fácil, sólo al alcance de personas realmente templadas desde la cuna, cuya virtud de no exhibir los rasgos distintivos del estado de ánimo les eleva a los altares.

Situándonos en un momento de tensión propiciado por el arrojo de improperios y ofensas personales, la reacción es muy distinta dependiendo del entorno en que se produzca y, sobre todo, del público presente. En este sentido se supone que el oficio de político lleva consigo el cuajo necesario para soportar casi cualquier tipo de agravio, máxime cuando éstos se producen en campaña electoral. En este periodo los candidatos ensanchan sus espaldas disponiéndose a soportar los golpes de los contrincantes, sean del tipo que sea.

Afrontamos la recta final de la campaña, caracterizada por los debates televisados. En todos hemos asistido a discursos prefabricados y carentes de sensibilidad, narrados con la carrerilla y la poca credibilidad del niño al que su sus padres le toman la lección. La inercia de los recitales ha estado generando en el espectador la consecuente modorra hasta ayer.

Situémonos: Sánchez a la derecha del moderador; Rajoy al otro lado de la mesa, a escasos dos metros de distancia. El socialista saca su arsenal: Rato, la dudosa procedencia de la financiación de la sede nacional del PP, la manida correa…se incrementa la presión con los sms a Bárcenas y como colofón, como a cámara superlenta, una traca final de improperios. Uno detrás de otro. Sin piedad. Seguramente sin medir las consecuencias…y llega el último petardo: “usted no es decente”…El candidato que se presenta a revalidar el título, que había asistido durante escasos dos minutos al inmisericorde concierto de injurias, se rehizo al instante de la innecesaria humillación y, echándose encima de la mesa (de no existir posiblemente hubieran llegado a las manos), respondió de forma inusual en él: “Usted es ruin y miserable”. El gallego se despojó de la flema que siempre se le ha conocido y se volvió humano. Ni siquiera el programa de Bertín Osborne logró sacar una reacción tan mundana. Y así, enzarzados y con cara de circunstancias, abandonaron con un buen cabreo la Academia de la televisión.

Como escribía al principio, la forma de encajar los golpes depende mucho de las personas que haya alrededor y todo un gobernante no se deja llamar corrupto delante de millones de espectadores, potenciales electores. Por mi parte celebré que, aunque sólo fuera por una vez, los discursos encorsetados desaparecieran para mostrarnos algo que jamás formó parte de los planes de los asesores del presidente.

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