«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Biografía

Reforma local: el PSOE se encastilla en sus fortines

8 de diciembre de 2013
  • La irresponsabilidad del PSOE en su ejercicio de las labores de oposición está alcanzando tales niveles que es legítimo preguntarse si prefieren una España devastada a una España donde no gobiernen. La última medida demagógica e interesada, aunque esperable, ha consistido en sumarse a la campaña contra la Reforma Local organizada por la Comisión de Alcaldes, un organismo formado por regidores del PSOE, IU, CiU, ICV, CC, Compromís, CHA, independientes y por la Federación Española de Entidades Menores (FEEM) para crear un frente común contra la futura ley.

    Mientras la atención de la mayor parte de los analistas políticos se ha centrado en la sangría impagable de las autonomías y su peso letal sobre el déficit al hablar del modelo territorial español, a menudo se pasa por alto un nivel más cercano al ciudadano y, desgraciadamente, responsable de buena parte de los casos de corrupción y despilfarro.

    Si urgente y necesario es poner coto a los desmanes de las cabezas de ratón autonómicas, no lo es menos atajar el pandemónium de gasto e irracionalidad administrativa de los más de 8.000 municipios de nuestro modelo local. El Gobierno ha calculado que la reforma reportará un ahorro de 8.000 millones de euros hasta 2016. No es obligatorio creérselo, pero las cifras de gasto de los ayuntamientos son reales y aterradoras para un país con una carga de deuda pública como el nuestro. Sencillamente, no son asumibles.

    Tampoco es difícil deducir qué interés tiene el partido socialista para aplicar esta nueva versión del cordón sanitario contra los populares, aparte de la errática estrategia de oponerse por sistema a todo lo que proponga el Gobierno, aunque esto le atraiga a los más cuestionables compañeros de viaje: poder. Presupuesto, si lo prefieren, que es el único modo de ejercer poder. A falta de ministerios en el Gobierno central, las autonomías proporcionan acceso a estos fondos –de ahí las todopoderosas baronías– y, además, los ayuntamientos.

    Si hay un momento en que el PSOE podía haber demostrado que es todavía un partido con visión de Estado, es este; si hay un asunto en el que no debería haber grandes fallas ideológicas que unieran a los dos grandes partidos españoles, es la racionalización de la Administración local.

    España no puede permitirse más cantones de Cartagena y una Administración de pesadilla que pone en peligro la unidad de mercado. Pero hace tiempo que el PSOE, con su deriva bucanera y antisistema, parece haber olvidado que es el partido que más tiempo ha gobernado la España democrática y que no es una filial del 15-M. 

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