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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El regreso de la primera dama

2 de abril de 2014

El desastre electoral cosechado por los socialistas en las elecciones municipales del pasado domingo ha sido tal que casi nos hemos olvidado de la tercera dama de Francia, que desbancó a la segunda, que creía haber desbancado a la primera. Sin embargo, los vaivenes de las faldas en el Eliseo tienen consecuencias inesperadas, como el voto a la derecha en una república que se cree más de izquierdas, más atea y más moderna de lo que es.

Y así es cómo hemos dejado de hablar de la actriz Julie Gayet, la amante del presidente francés, François Hollande, y de la periodista Valérie Trierweiler, la segunda dama francesa hasta hace cuatro meses, para traer de nuevo a las portadas a Ségolène Royal, la política socialista que pudo presidir Francia si no hubiera sido por Nicolás Sarkozy, que fue pareja de Hollande durante 30 años y que es madre de sus cuatro hijos.

 

Ségolène Royal será ministra de Ecología en el nuevo gobierno diseñado por Manuel Valls, sucesor del ‘dimitido’ primer ministro Jean-Marc Ayrault tras el varapalo de las locales. Y no vuelve Royal a las primeras planas como primera dama, por la relación que pudiera unirla al presidente, sino por su trabajo. Como lo hizo cuando ganó la candidatura de su partido a las presidenciales que perdió. Por eso vuelve. De Gayet y Trierweiler nos olvidaremos para siempre a menos que otro escándalo lo remedie o que los vaivenes de las faldas en el Eliseo las coloquen de nuevo en las portadas. No descarten una cuarta dama, que las mujeres batallan por ser la última conquista y los hombres gustan de ser la primera, lo que no deja de ser, en este caso y sin que sirva de precedente, un claro error de las mujeres.

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