El escritor e historiador Pío Moa, a través de su libro, titulado “1934: Comienza la Guerra Civil. El PSOE y Ezquerra emprenden la contienda”, culpa a estos dos partidos de comenzar la Guerra Civil española.
Y la tesis en la que se basa tal acusación la fundamenta el autor en virtud del contenido de los archivos de Largo Caballero, que se encuentran en la Fundación Pablo Iglesias.
En este sentido, Moa aporta pruebas tanto gráficas como documentales en esta obra y las mismas certifican el papel desestabilizador, subversivo, revolucionario y contrario a la democracia que desempeñó el PSOE desde 1933 hasta 1936.
Concretamente, la facción más relevante y radical del PSOE (en contra de la opinión de Besteiro) trazó en 1933 un “plan guerracivilista”, al objeto de intentar instaurar una “dictadura del proletariado” en España, todo ello, por mediación de una revolución al estilo soviético.
Tanto es así, que este proyecto totalitario comenzó en octubre de 1934 con una insurrección armada, a modo de huelga general revolucionaria de los trabajadores, denominada “Revolución de Asturias”. (Aunque el objetivo, que estuvo enfocado en reproducir este movimiento obrero y belicista en todas las regiones de España, no se cumplió porque el mismo solo tuvo arraigo en Asturias).
Y la parte complementaria y sincrónica del mencionado complot fraticida consistió en el intento de fragmentar España, segregando Cataluña. Recordemos al respecto que el 6 de octubre de 1934, Lluís Companys (líder de Ezquerra Republicana de Cataluña y Presidente de la Generalidad en la Segunda República) proclamó en Barcelona, aunque de forma fallida, el Estado Catalán.
En definitiva y según el referido libro (cuyo prólogo, firmado por el prestigioso historiador Stanley G. Payne, ratifica lo expuesto en el mismo), el PSOE y Ezquerra planificaron y organizaron la Guerra Civil española en virtud de estos dos acontecimientos iniciales.
Podemos-PSOE, el Frente Popular del SXXI
Actualmente, el PSOE no desea hacer un examen de conciencia y, por consiguiente, prefiere continuar siendo fiel a su radical historia, tanto en cuanto en pleno Siglo XXI este partido ha vuelto a su versión más sectaria y extremista, asociándose con Podemos y sus filiales para gobernar conjuntamente importantísimas autonomías y ayuntamientos (Madrid, Barcelona y Valencia entre ellos).
Si bien es cierto, y también es de justicia resaltar tal extremo, que existen contradictorios posicionamientos internos en el PSOE, de hecho, una corriente relevante del partido socialista no es favorable a constituir un nuevo frente popular en comandita con Podemos.
No obstante, la realidad se impone y el proyecto de Podemos (de perfil tiránico y neo comunista, y además financiado por el narco-estado asesino de Maduro) ya está en funcionamiento a nivel gubernamental e institucional. Por obra y gracia del PSOE.
Y no olvidemos que el mismo está configurado fundamentalmente en función de tres áreas clave: la primera está relacionada con el aspecto económico, que girará en torno a la creación de una ruinosa banca pública (aunque esta medida está aparcada, al menos, en Madrid) para poder “financiar” al partido y a sus dirigentes, con el peligro de reproducir el “modelo político de anti gestión” de las antiguas y quebradas cajas de ahorros. Mientras, paralelamente, freirán a impuestos a los ciudadanos.
La segunda consiste en controlar segmentadamente, y vía censura, a los medios de comunicación (y al entorno de las redes sociales) con el fin de adoctrinar a la población en la medida de lo posible.
Y la tercera se basa en utilizar, ideológicamente y con maestría, la mentira, que según Lenin, uno de los referentes de los podemitas, es el instrumento político más efectivo tanto para asaltar como para conservar el poder.
Por tanto, la sociedad civil española debe despertar de una vez de su letargo y estar más alerta que nunca al objeto de luchar contra este maquiavélico plan de Podemos, cuyo principal propósito es perpetuar un régimen comunista (si el poder económico les deja).
¿Y mientras tanto, qué estrategia adopta el centro-derecha y la derecha española?
Igualmente, los millones de ciudadanos decentes que conforman el centro-derecha y la derecha española, huérfanos de representación política en la actualidad, y a los que la corrupción del PP de Rajoy (convertido en una burda copia del PSOE de Zapatero) ha dejado noqueados, deben presionar para que el Partido Popular se refunde y vuelva a defender sus valores tradicionales o, por el contrario, tendrán que refugiarse al amparo de otras siglas.