«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.

Reyes Católicos en Barcelona

3 de octubre de 2013

El viernes, 7 de diciembre de 1492, a mediodía,Fernando el Católico fue atacado al salir del Palacio Real Mayor, en la Plaza del Rey de Barcelona. Un campesino perturbado, Joan de Canyamars, se acercó a él por la espalda y le asestó un mandoble, de arriba a abajo, con un terciado, una espada de unos tres palmos. Le provocó una profunda herida, rotura de clavícula y una intensa hemorragia. El agresor fue reducido a puñaladas, pero el rey exigió que se le mantuviera con vida para poder averiguar si había actuado solo o formaba parte de una conspiración. Interrogado bajo tormento, confesó que había perpetrado el atentado en solitario y fue condenado a muerte. Aunque el rey le perdonó, el Consejo Real decidió ejecutarle por el delito de lesa majestad.

 

 Este es el pasaje histórico que la productora de Isabel, la serie que emite Televisión Española, quería rodar en el mismo escenario en que se produjo hace cinco siglos, en la Plaza del Rey del Barrio Gótico de Barcelona. Pero los responsables del Museo de Historia de la ciudad, con su ignorancia fruto del adoctrinamiento, lo han impedido alegando “desacuerdos con la versión histórica de la serie”.

 

Los separatistas tratan de reescribir el pasado para convencer a sus acólitos de dos falsedades: que Cataluña era un país independiente antes de 1714 y que los Reyes Católicos nunca estuvieron instalados en Barcelona. Sin duda, ignoran que, en 1492 Isabel y Fernando, tras completar la conquista de Granada, trasladaron su corte a la Ciudad Condal para negociar con los embajadores deCarlos VIII de Francia la devolución del Rosellón y la Cerdaña, que en el Tratado de Bayona de 1462 habían sido cedidos por Juan II de Aragón a Luis XI de Francia por su apoyo en la Guerra de los Remensas. 

 

Y allí seguían cuando, en abril de 1493, recibieron aCristóbal Colón tras su primer viaje a las Indias, no se sabe a ciencia cierta si en el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra, en Badalona, o en una recepción en el Salón del Tinell, justamente, en el Palacio Real Mayor al que se accede por la Plaza del Rey.

 

Es muy respetable que algunas personas defiendan su voluntad de que Cataluña se desgaje de España para convertirse en un país independiente. Ellos sabrán cuáles son sus motivos. Pero lo que no es razonable es que el activismo separatista reclute adeptos a base de adoctrinarles con historias falsas. Es ridículo que argumenten que quieren que “Cataluña vuelva a ser independiente”, puesto que nunca lo ha sido. Y aleccionar a los escolares en este sentido, igual que negarles la presencia de los Reyes Católicos en Cataluña, para lo único que sirve es para fabricar analfabetos culturales. Con tal educación, estas nuevas generaciones, en cuanto sus líderes dicen que hay que manifestarse, salen a las calles con sus banderas para hacer demostración de la deficiente instrucción que, en materia histórica, han recibido del régimen que impera en Cataluña. Pobres chavales, qué futuro les espera.

 

 

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