«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Si robar un beso es delito, el príncipe azul es necrófilo

18 de febrero de 2016

14 de febrero de 2016: se levanta el Community Manager de la Policía Nacional tontorrón y lanza en las redes sociales un mensaje que bien podría haber redactado el guionista de “Mi Pequeño Pony”:

       “Si te roban un beso no es delito”, rezaba la cuenta oficial del cuerpo.

Se inundaba Twitter de arcoiris y unicornios, mariposas, corazones, cupidos y flechas, conejitos de “La Aldea del Arce” y repollos con lazos.

Que el tuit de la policía encontraría mejor acomodo en la carpeta forrada de cualquier preadolescente es evidente, que la izquierda se hace pajas mentales lo sabíamos todos, ahora bien, que su onanismo intelectual les llevaría a hacer disparatadas aseveraciones como que dicho tuit incita al “acoso”, a la “agresión sexual” y que bajo la fiesta más cursi del calendario se esconde el “machismo del viejo patriarcado” y “la violencia de género” no se le ocurre ni a Kiko Rivera hasta las cejas de opio. Las acciones de las tarjetas de felicitación Hoffman por los suelos.

A este despropósito se han unido desde los integrantes de Izquierda Unida a la presidenta del Instituto valenciano de la Mujer pasando por el plató de Telecinco en boca de la televisiva Carme Chaparro, que debe andar tan corta de besos como de entendederas.

¿Se imaginan la catástrofe si Walt Disney hubiese sido izquierdoso? Una Bella Durmiente  podemita y feminazi habría denunciado al príncipe azul por besarla sin su consentimiento y después se habría cambiado de acera para cohabitar con la malvada madrastra – mucho mejor visto que dejarse robar un beso -.

Ni que decir tiene lo que le habría pasado al príncipe de Blancanieves: denunciado por agresión sexual y entre rejas por necrófilo. El príncipe Eric acusado de zoofilia por la Sirenita, Cenicienta desahuciando a sus hermanastras ayudada por la PAH de la época… Un berenjenal feminista que dejaría a Bécquer y a Zorrilla, a Dante y a Petrarca menos inspirados que Sabina después de abandonar los malos hábitos.

No negaré que el amor puede ser más doloroso que una sesión de cera para hacerte las ingles brasileñas. A todos nos ha pasado besar a sapos cobardes e inseguros que han querido compartirte en su ciénaga, o nos han gustado engendros que se han creído que eran Hamás y tú su mini Israel.  Muchos hemos salido de casa como Marilyn Monroe para volver como Marilyn Manson después de entender que el “amor de nuestra vida” tan sólo quería jugar a los médicos con nosotros. Habría que hablar con  Cupido para que dejara de comprar las flechas en el chino de la esquina…

Como Andrés Calamaro yo “ no soy optimista con la izquierda de los papanatas, los resentidos, los antisistema, los antisemitas, animalistas y marginales culturales. No soy optimista con la izquierda de los narcisistas, charlatanes, inquisidores, puritanos y moralistas” pero por primera vez siento lástima por ellos, por no entender que un beso robado es como canta Sabina el mejor milagro del diccionario de los pecados.

No sé si somos masocas, si es el karma o la cadena de Hotmail que no enviamos en 2007 pero cuando el corazón empieza a bailar reggaeton contra las costillas y en el estómago no sólo revolotean mariposas sino todo el arca de Noé tan sólo anhelas besos robados con música de fondo de Francis Lai.

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