«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Biografía

Nunca seremos neoyorquinos

21 de febrero de 2014

Nunca seremos neoyorquinos… ni falta que hace, y menos cuando dos de las parejas de Royals más cotizadas están a un tris de afincarse en el Madrid más canalla. Dice el New York Times que nuestra productividad es baja y se rasga las vestiduras con que nos vayamos de cañas un miércoles cualquiera, pero desde ya podremos acabar las noches en el Tony 2 con un Andrea Casiraghi que reciba el día al grito del “Fallaste corazón”, mientras su promessa sposa Tatiana le espera viendo una reposición del Sálvame Deluxe. Y es que ¿Qué sería del Madrid de toda la vida sin la trifulcas de Rosa Benito y Belén Esteban? De aquí a no mucho podría incluso acontecer un “acontecimiento interplanetario” entre la princesa del pueblo y la it girl y recién princesa monegasca:

Soy Belén, princesa del pueblo”

Enchanté, Tatiana”.

Pero volviendo a lo que nos ocupa: los Casiraghi se trasladan a Madrid y lo hacen porque en la capital de España se encuentra una de las mejores escuelas de negocios del mundo, el IE. ¡Toma PISA! ¿Qué decías NYT?

Allí Andrea podrá conocer y codearse con todos los españoles que no están en Ibiza en julio y, aunque sólo sea por ampliar su círculo social, esto ya es un punto a favor. Pero, ¿qué le aporta Madrid a Tatiana Santo Domingo? Salir, beber, el rollo de siempre, meterse mil rayas, hablar con la gente… y en Madrid, si hay una cosa, es gente. Gente dispuesta a acabar la noche en un callejón de Jorge Juan, o comiendo spaghetti bolognesa en un bar clandestino. Con estas noches, difícil lo va a tener la brasileña para encontrar mantones de manila para su web folclórica. Ya estoy viendo a su hermana Munzungu de tapas por “las Letras” mientras Luis Medina apura su oportunidad de enamorar a una jet setter.

Los Casiraghi no son la última Coca-Cola del desierto. Contemporáneamente se instalan en Madrid el hijo de Ernesto de Hannover, por lo tanto ex-hermanastro de Andrea, y su novia, la estilosísima peruana Alessandra- Sassa- de Osma. Como si lo viera venir, o eres de una o eres de otra. O Tatiana o Alessandra. O Montesco o Capuleto. Mónaco-Alemania, Brasil-Perú. Final del Mundial, no hay medias tintas. Como tampoco lo habrá en los primeros sábados de estos jóvenes enamorados.

¿Qué te pasa?” Preguntará un resacoso Andrea a una desvelada Tatiana.

Nada”, responderá digna la heredera tras velar la noche como un sereno junto a la cuna de Sacha. Madrid es mucho Madrid, muchos “una copa y a casa” y “esta es la última” hasta que pasado el límite de las cinco y con Juan Peña por bulerías dices “from lost to the river” y te dan, no las dos ni las tres, si no que desnudo y al anochecer no sabes ya si la luna va a tu encuentro o si mejor te coges un taxi.

 Eso, si nos ceñimos a la vida capitalina, porque si en un ejercicio de imaginación organizamos una montería con los Windsor, son las tres de la mañana y Harry se debate entre vestirse de las SS o ponerse los ponchos que importa Tatiana del Perú mientras el Príncipe Carlos intenta convencer a Corinna de que se cambie de tampax. ¿Madrid? Si hay que ir se va, pero ir pa ná, es tontería. 

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