«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.

Sindicatos de clase alta

15 de julio de 2014

Los sindicatos de “clase alta”, CC.OO. y UGT no son, como mucha gente creía, las hermanitas de la caridad de los pobres obreros y parias de la Tierra, sometidos bajo la bota opresora del capitalismo. La jueza de porcelana, Mercedes Alaya, se encargó de abrirnos los ojos al respecto, al investigar la más escandalosa trama de corrupción que haya sido descubierta en nuestra democracia.

Junto a Xavier Horcajo, este periodista que suscribe tuvo ocasión de bucear en el entramado societario de esas organizaciones, ahora bajo la lupa de la Justicia, para escribir el libro “Sindicatos, S.A.”, un volumen publicado por Editorial Sekotia, que nos permitió desvelar la auténtica naturaleza de las centrales sindicales. Pudimos comprobar que estas estructuras son poderosos conglomerados empresariales. Resultó que el zorro -eso sí, con piel de cordero-  se había puesto a  pastorear el rebaño.

Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez -disfrazados con camisa de cuadros como si fueran obreros- de lo que ejercen en realidad es de grandes empresarios y, como tales, se desplazan en coche con chófer, comen en lujosos restaurantes y obtienen pingües beneficios. Vamos, que responden al cliché del tipo orondo con chistera y Habano con el que los dibujantes clásicos representaban al capitalista opresor en sus viñetas.

Si sorprendidos nos quedamos cuando supimos que UGT y CC.OO. ganan dinero por mediar en los ERE en los que las empresas despiden trabajadores en masa, ahora hemos conocido que, tal como sospechábamos, forman parte de la élite financiera del país, en la que funciona el “do ut des”, el “yo te doy, tú me das”, con total normalidad.

Si no, no se entiende que Miguel Blesa tuviera contentos a los sindicatos, a base de concederles créditos en Caja Madrid con total alegría; financiación que éstos destinaban a sociedades inmobiliarias, mediante unos compromisos que después Bankia tuvo que traspasar al Sareb, al banco malo, como activos tóxicos. Tanto UGT como CC.OO, tenían representación en el consejo de administración y en la comisión de control de Caja Madrid durante la época de Blesa, y también en la de Rodrigo Rato.

 

La noticia buena es que, desde el nombramiento de José Ignacio Goirigolzarri como presidente de Bankia, la exposición de la entidad al sector sindical ha disminuido, y ahora se limitan los préstamos a estas organizaciones a cuando se trata de anticipos vinculados con subvenciones. Parece que estos poderosos sindicatos empiezan a ser vistos como clientes de alto riesgo.

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