Telecinco lo ha vuelto a hacer. Lograr lo imposible. Si la pasada semana Supervivientes decepcionó hurtando las grandes expectativas generadas por las tiranas cifras del shareĀ con la llegada de Bigote a plató, anoche se superó a la inversa con creces. Cumplió lo prometido y mĆ”s. Y la audiencia se lo premió (27,2%). EstĆ” claro que, con los de Vasile, lo inesperado acecha. Por mucho que conozcamos el guión y el percal, no podemos adivinar quĆ© sucederĆ” despuĆ©s de publicidad. TelecincoĀ gestiona sus momentazos en función de la rentabilidad (seis aƱos antes lo vivimos con Isabel Pantoja recibiendo a su hijo).Ā La semana fue un continuum anuncio: Ortega Cano recibirĆ” en plató a su hija Camila. Y, Gloria Camila ha explotado el tema familiar todo lo que ha podido en la isla porqueĀ conoce a la perfección los beneficios de la fama por vĆa familiar.Ā Lo que nadie esperaba: la presencia de RocĆo Flores Carrasco, hija de RociĆto y Antonio David. Elevando a categorĆa la anĆ©cdota salvamizada. Como esos cameos inesperados en Friends. De repente, veĆas aparecer a George Clooney y Noah Wyle, en pleno Ć©xito de Urgencias, en casa de Rachel y Mónica. En principio, la hija de RociĆto sólo aparecĆa en planos estratĆ©gicos para no dejar ver su cara. PensĆ”bamos que asĆ estarĆa pactado para evitar futuras demandas. Ya sabemos la inexistente relación de RocĆo Carrasco con su hija y con su ex. La sorpresa de la noche llegó cuando Jorge Javier llamó a la joven y logró arrancarle las primeras palabras en televisión: -āĀæCómo has visto a tu tĆa?ā -āLa he visto muy bien y estoy muy contenta de que estĆ© aquĆ ya por finā¦ā. Un Jorge Javier rĆ”pido e ingenioso. QuĆ© listo es. Es Ćŗnico devorando el filón que catapulta la audiencia como si del Ćŗltimo trozo de tarta Sacher se tratara. Con el share a punto de nieve,el sensacionalismo mediĆ”tico in crescendo. La otra cara de la moneda, la ausencia de Carmen Borrego. Se excusarĆ” diciendo que su papel ha terminado porque Bigote ya estĆ” en EspaƱa. Todos pensamos que es por su excelente Ā relación con RociĆto (como una hermana) y se habrĆa puesto de su lado. De todas formas, Carmen Borrego, como dijo Mila XimĆ©nez ayer, es la que mejor ha sabido sacar rĆ©dito al concurso. Poco menos que ha sido como los futbolistas chupones que no sueltan el balón por un afĆ”n de protagonismo y se pasó de rosca creyendo ser mĆ”s personaje que los propios concursantes.
Ā Telecinco tiró la casa por la ventana. Gloria CamilaĀ fue recibida a lo grande: aplauso largo, la imagen emocionada de su padre en primer plano y la voz de su madre, RocĆo Jurado, cantando ālucha, lucha, lucha, en la batallaā. AhĆ es nada. Antes, Ortega, fue recibido con el pasodoble āOrtega Cano, vaya faena, canela finaā. La mĆ”s grande estuvo muy presente. Entonces, comenzó el objetivo de estos realities, hurgar hasta conseguir las emociones que engancharan al espectador. Ortega Cano, que desmontó aquella mĆ”xima de HerĆ”clito sobre la imposibilidad de baƱarse dos veces en el mismo rĆo, pisó los estudios de Telecinco. No le arriendo la ganancia al extorero, lo que hay que hacer por una hija. Pese a la turra que le ha dado SĆ”lvame, tardes y tardes sacĆ”ndole los colores y lo que Ortega ha despotricado contra la cadena, todo se ha aplacado. Visitó los estudios de Telecinco porque, tal vez, sin saberlo daba la razón a Juan MarsĆ© cuando afirmaba que arrepentirse es modificar el pasado. Y, eso es imposible. Estuvo impecable tanto en vestimenta (esa tela brillante, por Dios), el tinte azabache y en sus palabras: āHa demostrado paciencia y templanza, ha tenido carĆ”cter, pero tambiĆ©n ha sido sensible. PodĆa haber sido finalista perfectamenteā.
Ā La entrevista a la joven Camila fue lo de menos. AburridĆsima. Y sonrojante cuando trataron su relación-noviazgo con Kiko. āTóxica la relación no esā, decĆa tapĆ”ndose media cara avergonzada cuando le ponĆan imĆ”genes de su novio gritĆ”ndole, ācĆ”llate la puta bocaā o āporque lo digo yo, que soy tu novioā. Que alguien aconseje a Gloria que vea el capĆtulo del Ministerio del Tiempo que, a la misma hora en La 1, con Lope, Cervantes y Amelia Folch recitaban āte quiero mucho, pero yo no soy de nadieā. Lo de estos dos Supervivientes es la āComedia sexual de una noche de veranoā, de Woody Allen: āEl sexo alivia las tensiones mientras que el amor las provocaā. Supongo que las fĆ©minas de los cĆrculos podemitas, lĆ©ase por ejemplo Clara Serra, no habrĆ”n visto semejante panorama parejil; habrĆan puesto el grito en el cielo yaā¦o no. Al final, echarĆ”n mano de la mĆ”xima orteguiana (de Ortega y Gasset, por favor), estĆ” enamorada y ya sabemos que el enamoramiento es ese estado de imbecilidad transitoria.