«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Periodista Colaboradora en La Gaceta: Tribuna de opinión (deportes) y Repaso a la prensa del corazón. Responsable de Cultura en esRadio Murcia @NievesJemezB
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Supervivientes arrasa con la primera vez de la hija de Rociíto

30 de junio de 2017

Telecinco lo ha vuelto a hacer. Lograr lo imposible. Si la pasada semana Supervivientes decepcionó hurtando las grandes expectativas generadas por las tiranas cifras del share con la llegada de Bigote a plató, anoche se superó a la inversa con creces. Cumplió lo prometido y más. Y la audiencia se lo premió (27,2%). Está claro que, con los de Vasile, lo inesperado acecha. Por mucho que conozcamos el guión y el percal, no podemos adivinar qué sucederá después de publicidad. Telecinco gestiona sus momentazos en función de la rentabilidad (seis años antes lo vivimos con Isabel Pantoja recibiendo a su hijo). La semana fue un continuum anuncio: Ortega Cano recibirá en plató a su hija Camila. Y, Gloria Camila ha explotado el tema familiar todo lo que ha podido en la isla porque conoce a la perfección los beneficios de la fama por vía familiar. Lo que nadie esperaba: la presencia de Rocío Flores Carrasco, hija de Rociíto y Antonio David. Elevando a categoría la anécdota salvamizada. Como esos cameos inesperados en Friends. De repente, veías aparecer a George Clooney y Noah Wyle, en pleno éxito de Urgencias, en casa de Rachel y Mónica. En principio, la hija de Rociíto sólo aparecía en planos estratégicos para no dejar ver su cara. Pensábamos que así estaría pactado para evitar futuras demandas. Ya sabemos la inexistente relación de Rocío Carrasco con su hija y con su ex. La sorpresa de la noche llegó cuando Jorge Javier llamó a la joven y logró arrancarle las primeras palabras en televisión: -“¿Cómo has visto a tu tía?” -“La he visto muy bien y estoy muy contenta de que esté aquí ya por fin…”. Un Jorge Javier rápido e ingenioso. Qué listo es. Es único devorando el filón que catapulta la audiencia como si del último trozo de tarta Sacher se tratara. Con el share a punto de nieve,el sensacionalismo mediático in crescendo. La otra cara de la moneda, la ausencia de Carmen Borrego. Se excusará diciendo que su papel ha terminado porque Bigote ya está en España. Todos pensamos que es por su excelente  relación con Rociíto (como una hermana) y se habría puesto de su lado. De todas formas, Carmen Borrego, como dijo Mila Ximénez ayer, es la que mejor ha sabido sacar rédito al concurso. Poco menos que ha sido como los futbolistas chupones que no sueltan el balón por un afán de protagonismo y se pasó de rosca creyendo ser más personaje que los propios concursantes.

 Telecinco tiró la casa por la ventana. Gloria Camila fue recibida a lo grande: aplauso largo, la imagen emocionada de su padre en primer plano y la voz de su madre, Rocío Jurado, cantando “lucha, lucha, lucha, en la batalla”. Ahí es nada. Antes, Ortega, fue recibido con el pasodoble “Ortega Cano, vaya faena, canela fina”. La más grande estuvo muy presente. Entonces, comenzó el objetivo de estos realities, hurgar hasta conseguir las emociones que engancharan al espectador. Ortega Cano, que desmontó aquella máxima de Heráclito sobre la imposibilidad de bañarse dos veces en el mismo río, pisó los estudios de Telecinco. No le arriendo la ganancia al extorero, lo que hay que hacer por una hija. Pese a la turra que le ha dado Sálvame, tardes y tardes sacándole los colores y lo que Ortega ha despotricado contra la cadena, todo se ha aplacado. Visitó los estudios de Telecinco porque, tal vez, sin saberlo daba la razón a Juan Marsé cuando afirmaba que arrepentirse es modificar el pasado. Y, eso es imposible. Estuvo impecable tanto en vestimenta (esa tela brillante, por Dios), el tinte azabache y en sus palabras: “Ha demostrado paciencia y templanza, ha tenido carácter, pero también ha sido sensible. Podía haber sido finalista perfectamente”.

 La entrevista a la joven Camila fue lo de menos. Aburridísima. Y sonrojante cuando trataron su relación-noviazgo con Kiko. “Tóxica la relación no es”, decía tapándose media cara avergonzada cuando le ponían imágenes de su novio gritándole, “cállate la puta boca” o “porque lo digo yo, que soy tu novio”. Que alguien aconseje a Gloria que vea el capítulo del Ministerio del Tiempo que, a la misma hora en La 1, con Lope, Cervantes y Amelia Folch recitaban “te quiero mucho, pero yo no soy de nadie”. Lo de estos dos Supervivientes es la ‘Comedia sexual de una noche de verano’, de Woody Allen: “El sexo alivia las tensiones mientras que el amor las provoca”. Supongo que las féminas de los círculos podemitas, léase por ejemplo Clara Serra, no habrán visto semejante panorama parejil; habrían puesto el grito en el cielo ya…o no. Al final, echarán mano de la máxima orteguiana (de Ortega y Gasset, por favor), está enamorada y ya sabemos que el enamoramiento es ese estado de imbecilidad transitoria.

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