«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

Sus mayores electores

20 de marzo de 2023

Con las elecciones municipales y autonómicas recortadas sobre un horizonte inmediato, los partidos hegemónicos hacen guiños a sus socios de siempre, es decir, a las sectas catalanistas y vasquistas que llevan medio siglo condicionando la política y la vida de los españoles. Es importante no molestar a los compañeros de viaje, con los cuales, tanto el PSOE como el PP pretenden seguir caminado hacia una España marcada por innumerables desigualdades y privilegios vinculados tanto al territorio como a la autopercepción. La cita electoral del 28 de mayo es la antesala de la que convocará a todos los españoles para elegir a un presidente que, sea del color que sea, perseverará en los vicios que caracterizan a la España surgida a partir de 1978 como transformación de la previa.

Ante la inminencia de esos hitos electorales, Josep Piqué, miembro del nuevo tanque de pensamiento –think tank en jerga bárbara- del Partido Popular, ha realizado una suerte de ejercicio de autocrítica relativo al comportamiento que su partido tuvo para con los catalanes –entiéndase con los secesionistas catalanes- mientras gobernó. Su conclusión es clara: de llegar al poder, el PP deberá mejorar la financiación –entiéndase dar más dinero- a esa Cataluña gobernada por el golpismo inspirado en ese espejo de corruptos llamado Jordi Pujol. Si en su momento, Feijóo ya hizo guiños al PNV, ahora toca hacerlos al entramado extractivo y desleal apostado en Cataluña bajo diversas siglas. La conclusión es clara: el PP, siempre abonado a la estéril política del apaciguamiento, seguirá destinando los recursos de todos los españoles a los proyectos de destrucción nacional que constituyen una de las industrias más pujantes de Cataluña.

Mientras todo eso se cuece en una de las esquinas del cuadrilátero político patrio, en la otra, Pedro Sánchez ha puesto sus ojos en un nicho electoral fundamental dentro de la España que se suicida demográficamente: el de los pensionistas. En efecto, en ausencia de ciertos barones que han hecho mutis para no contaminarse con la presencia de un Sánchez al que le entregarán sus votos humedecidos por lágrimas de cocodrilo autonómico, el Presidente ha anunciado un Nuevo Marco de Sostenibilidad del Sistema Público de Pensiones tras alcanzar un acuerdo con las dóciles UGT y CC.OO. Un marco dentro del cual caben nada menos que 11 millones de pensionistas –nuestros mayores- que acudirán a las urnas acompañados por el recuerdo propagandístico que, sin duda, activará el Gobierno a través de sus poderosas y subvencionadas terminales mediáticas. 

Naturalmente, el mentado marco se sostiene gracias al aumento impositivo al que se someterá a la base de la invertida pirámide poblacional española. Los más afectados serán aquellos que tengan ingresos superiores a los 60.000 euros anuales, que empezarán a notar los efectos de las medidas anunciadas este mismo mes de marzo. La reforma plantea una evidente incógnita. Ante el aumento de una carga impositiva que va destinada a los puestos de trabajo más cualificados: ¿no constituye esta una invitación a que estos trabajadores se conviertan en potenciales protagonistas de Españoles por el mundo que canten las bondades de la vida lejos de una España habitada por jóvenes aferrados a bonos sociales o anestesiados por plataformas desde las cuales se administra el nuevo pasto espiritual?

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