«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Periodista, insiste en que no ha hecho otra cosa en su vida, a pesar de que ha sido profesor universitario (San Pablo-CEU), empresario (del equipo fundador del Grupo Recoletos), asesor de la Conferencia Episcopal (Subcomisión de Familia y Vida), etc. Como periodista lo ha hecho todo en prensa escrita, radio y TV: director del diario Ya, creador de las tertulias políticas radiofónicas, director y presentador de Argumentos en Popular TV y de Alguien tenía que decirlo en Intereconomía TV. Partidario de la vida frente a la muerte, de la luz frente a la tiniebla, de la verdad frente a la mentira, del amor frente al odio, de la alegría frente a la tristeza, Ramón Pi es uno de los periodistas más conocidos de España. Su fama está avalada por una larga trayectoria profesional y por el ejercicio de la profesión periodística desde la coherencia. El periodista está considerado por muchos como uno de los creadores del género de las tertulias políticas radiofónicas. Actualmente desarrolla su actividad profesional en el Grupo Intereconomía.
Periodista, insiste en que no ha hecho otra cosa en su vida, a pesar de que ha sido profesor universitario (San Pablo-CEU), empresario (del equipo fundador del Grupo Recoletos), asesor de la Conferencia Episcopal (Subcomisión de Familia y Vida), etc. Como periodista lo ha hecho todo en prensa escrita, radio y TV: director del diario Ya, creador de las tertulias políticas radiofónicas, director y presentador de Argumentos en Popular TV y de Alguien tenía que decirlo en Intereconomía TV. Partidario de la vida frente a la muerte, de la luz frente a la tiniebla, de la verdad frente a la mentira, del amor frente al odio, de la alegría frente a la tristeza, Ramón Pi es uno de los periodistas más conocidos de España. Su fama está avalada por una larga trayectoria profesional y por el ejercicio de la profesión periodística desde la coherencia. El periodista está considerado por muchos como uno de los creadores del género de las tertulias políticas radiofónicas. Actualmente desarrolla su actividad profesional en el Grupo Intereconomía.

El susto de Podemos

5 de agosto de 2014

En este agosto nos vamos entreteniendo con el último barómetro (¿a quién se le habrá ocurrido el nombrecito?) del CIS correspondiente al mes de julio, cuyos datos más llamativos, siempre en el supuesto de que hubiera elecciones generales ahora mismo, son éstos: 1, PP y PSOE siguen bajando en intención de voto, pero la distancia entre ambos se amplía; o sea, que el PP baja y el PSOE se desploma. 2, los dos únicos partidos que crecen en intención de voto son Esquerra Republicana y Podemos –este último, en relación con las europeas-; ERC estaría por delante de CiU, y Podemos es el segundo en intención directa de voto (aunque en voto+simpatía el PSOE sigue segundo), y adelanta a IU, a UPyD y a Ciudadanos, situándose como tercer partido parlamentario. 3, en cuanto a la valoración de los líderes, no hay uno solo que saque un aprobado entre 0 y 10.

La reacción de los partidos ha sido relativizar el sondeo, pues ahora no va a haber elecciones, y nadie en el mundo conoce el futuro; además, se hizo antes de la aparición de Pedro Sánchez al frente del PSOE. Todo esto es cierto, y añadiré que difícilmente se puede tomar en serio un sondeo en el que el político más valorado por los españoles es Uxué Barcos, cuyo conocimiento por el español medio de a pie roza el cero.

Pero hechas todas estas salvedades, lo que me parece que sí merece ser tomado en serio es la tendencia a debilitar el mecanismo bipartidista y la constatación de que el voto de los electores españoles probablemente estará fuertemente condicionado por los espasmos emocionales: en efecto, sólo así puede explicarse el ascenso de un partido como Podemos, del que sólo se conoce un discurso totalitario, disfrazado de populista y demagógico de trazo grueso que, en cuanto se rasca un poco, se revela como una aventura de corte entre bolivariano y castrista. Con una munición basada en algunos hechos ciertos -la corrupción político-económica, el duopolio de los dos grandes partidos, la crisis-, Podemos hace una oferta que inexorablemente conduciría a un totalitarismo bananero y a una ruina aún peor que la producida por la crisis, si ese partido llegase al poder alguna vez.

Pero ya dejó dicho Karl Popper que las elecciones no están diseñadas para elegir al mejor, sino para someter a los gobernantes a un examen periódico que sirva para poder echar al que lo haga mal. Tanto PP como PSOE han de ser conscientes de que se han ganado a pulso el rechazo del público, lo que no les importaba gran cosa mientras no existiera una alternativa viable. Pero ahora el fenómeno de los bolivarianos castristas, hábilmente vendido a un electorado irritado, puede ser una amenaza verdadera.

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