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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Trabajando con esmero

17 de diciembre de 2014

Esta semana comparecimos una vez más ante el Pleno del Senado para defender una moción del Grupo Popular cuya finalidad era promover la evaluación y actualización de la Estrategia Nacional de Salud 2009-2013, para trabajar en la elaboración de una Nueva Estrategia de Salud Mental (2015-2020), bajo los principios del Plan Europeo por la Salud Mental y el Bienestar y el Plan Global para la Salud Mental 2013-2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para entre otras cosas implementar la redefinición de las acciones y objetivos para la visualización y prevención del suicidio.

Estas medidas pretenden continuar la iniciativa pionera, que ya se aprobó en enero de 2013, en la lucha contra estas conductas, buscando para ello la concienciación social, políticas de prevención en las Comunidades Autónomas y la potenciación de la salud mental en Atención Primaria, entre otras.

No es una cuestión baladí. Las cifras justifican la importancia de este tema pues, tristemente,  el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España -con 3.000 muertes anuales en nuestro territorio y casi un millón en el mundo- y que duplica la tasa de fallecimientos por accidentes de tráfico. Y un 90 de las causas se deben a patologías mentales.

Sin ir más lejos en 2012, aunque estamos por debajo países como Japón, registramos una cifra mayor que en años anteriores, y el suicidio se cobró en nuestro país 3.539 vidas. A estos datos hay que añadir el problema de que las conductas suicidas no consumadas llevan aparejadas el problema de la reincidencia, cuyas cifras son aún más desoladoras: por cada suicidio consumado hay 30 tentativas.

Se estima que cuatro de cada diez personas en Europa padecerá una enfermedad mental a lo largo de su vida, lo que supone un 20 por ciento del gasto sanitario en los países desarrollados. En el caso de España, representan en torno al cinco por ciento del coste sanitario además de ser la segunda causa de baja laboral por incapacidad temporal y permanente en nuestro país.

Queda demostrado pues que esta moción no tiene ideología y su única finalidad es visualizar, analizar, mitigar y ayudar a prevenir este problema de salud de primer orden. Para ello, se nos antoja oportuno en el tiempo y vemos la idoneidad de aportar soluciones reales y consensuadas, tratando el problema con el mayor rigor posible, con objetividad y sin crear alarma social.

Antes de seguir queremos agradecer la sensibilidad mostrada por todos los grupos políticos representados en la Cámara que aprobaron por unanimidad el texto de nuestra moción ya que nosotros creemos que siempre hay salida al final del túnel, pese a que hablamos de una verdadera tragedia humana que no siempre cuenta con la atención que merece.

Por eso, nuestra iniciativa plantea cuatro objetivos: reforzar el liderazgo eficaz y la gobernanza para la salud mental; proporcionar una salud mental comprensiva, integrada y sensible, junto con servicios sociales comunitarios; poner en práctica estrategias para la promoción de salud mental y protección, incluyendo acciones para prevenir desórdenes mentales y suicidios; y reforzar los sistemas de información, divulgación e investigación para la salud mental.

Numerosas publicaciones científicas como  “Modelo de Red de Redes” del 2010 editada por la Fundación Canaria de Salud y Sanidad, y otras tantas del Doctor Francisco Rodríguez Pulido q insisten en la imperiosa necesidad de establecer estrategias conjuntas para disminuir estas cifras.

Y es que erróneamente se enfatiza en la publicidad que se proporciona a la autolisis, pero la divulgación también permite hacer un equilibrado y adecuado ejercicio de toma de conciencia de la ciudadanía hacia un fenómeno que debe de ser tratado con el mayor de los esmeros.

Divulgar es también concienciar, y es fundamental trabajar en la prevención a coste cero, con planes de actuación y de detección temprana de signos generalmente asociados a la depresión.

Así, el Hospital 12 de Octubre de la Comunidad Autónoma de Madrid, mediante la Oficina Regional de Salud Mental, desarrolla un plan piloto de seguimiento ambulatorio de los cuadros que, a través de Urgencias, acuden al centro hospitalario. Los resultados provisionales son esperanzadores, al reducir la tasa de reincidencia de un 25 por ciento a tan solo 3 casos de los 180 sometidos a seguimiento.

Sin duda una buena noticia que abre las puertas a la esperanza. Pero no debemos olvidar que debemos unir esfuerzos que velen para que la autolisis se prevenga, para que las personas afectadas por enfermedades mentales reciban un tratamiento adecuado, para que los cometen intentos de suicidio reciban atención y un seguimiento estrecho, para que se intente restringir el acceso a los métodos comunes de suicidarse, y para que se luche por que los medios de información actúen con más cuidado al difundir noticias de esta naturaleza, lo que nosotros denominamos periodismo social.

Este es un problema que nos afecta a todos. Y juntos tenemos que seguir luchando y trabajando con esmero.

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