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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Una de cal y otra de arena

19 de septiembre de 2016

La globalización, la desigualdad y el pesimismo ante el futuro de gran parte de las sociedades avanzadas se han asentado en los debates políticos y económicos en los principales países. Las consecuencias de todo ello es supuestamente la principal causa del terremoto político que sacude a todos los llamados países occidentales, con la excepción de Japón. Sin embargo esta semana hemos conocido datos que ofrecen una luz diferente.

Efectivamente si la globalización es algo esta relacionado con el aumento del comercio mundial, sin embargo en 2015 por primera vez en décadas la renta mundial ha crecido más que el comercio mundial , que deja de ser la principal fuente de crecimiento. Son pues las demandas domésticas las que empujan y empujaran las rentas. Muchos apuntan al proteccionismo, en parte como consecuencia de la crisis de 2008, que todo tipo de países han puesto en práctica como un claro frenazo a la apertura económica.

También en 2015, EE.UU. ha sido capaz de aumentar la renta de los ciudadanos, un 5,3%, aunque todavía un 1,6% por debajo de su récord en 2007, antes de la crisis. Esto indicaría que la salida de la crisis con aumento de bienestar es posible, eso si ocho años después. También los últimos datos de inflación subyacentes en Norteamérica arrojan una cifra por encima del 2%, alejando el miedo a la deflación japonesa.

La pendiente de la curva de tipos de interés ha aumentado en las últimas semanas, en Alemania, Japón y EE.UU. y no hemos de olvidar que esa pendiente ha sido un indicador adelantado casi infalible de lo que va a pasar: si el mercado cree que el futuro tendrá tipos más altos que el presente es porque descuenta crecimiento. El aplanamiento de la curva fue una clara señal ignorada en 2007 de lo que iba a llegar.

Así si la globalización se ha frenado y la salida de la crisis es posible, aunque lenta, el apocalipsis social y político no es inexorable, aunque puede que la desigualdad tenga otras causas más domésticas. Es cierto que la economía norteamericana tiene peculiaridades y una unidad en política económica de la que la UE por ejemplo carece. También es cierto que la economía norteamericana es un poderoso dinamizador de la economía mundial, nadie puede competir con el apetito del consumidor americano.

En cierto sentido el debate antiglobalización en los países occidentales llega tarde porque esta ya se ha frenado. Lo cual tiene consecuencias de todo tipo y muchas de ellas difíciles de predecir. No ha sido el proteccionismo históricamente un elemento dinamizador del crecimiento económico y no hemos de olvidar que la mayor caída de la pobreza se ha producido en las dos ultimas décadas gracias al comercio mundial, es verdad que principalmente en China. Asi muchos contrarios a la globalización y partidarios de un mundo mas justo tienen una gran contradicción, como sucede en muchas cuestiones políticas donde todos queremos todo.

Seguramente estas contradicciones están cada vez mas presentes en el debate político europeo. Una UE dividida Norte -Sur por la economía y Este -Oeste por la inmigración. Una zona euro donde el modelo económico alemán, con ya un 9% de superávit exterior, nos lleva a todos a ser exportadores en un mundo donde elcomercio mundial esta no ya estancado sino en retroceso.

El peso de la política monetaria en la estrategia euro de relanzamiento ha sido y es determinante, por mucho que le pese a Alemania. Las otras alternativas, política fiscal y reformas estructurales, centran los nudos gordianos de las contradicciones europeas. La primera se dice estar sometida a la austeridad, pero no siempre, y la segunda no la practica casi nadie y menos en año electoral. En mas de un sentido los tratados de libre comercio son reformas estructurales , pero el miedo a las hipotéticas perdidas de empleo en este ambiente político postcrisis no es compensado por la expectativa de una tarta mas grande, que además nadie defiende. Sin embargo un mundo con bajos tipos de interés y exceso de ahorro, con Alemania como máximo exponente, necesita mas oportunidades de inversión, no de proteccionismo.

El fallo del mercado que trajo consigo la crisis financiera del 2008 ha roto muchascertezas y confianzas. Los cambios impuestos en el sistema financiero buscan mas que justificadamente impedir la repetición de excesos , aunque los accionistas de los bancos han perdido el 50% del valor bursátil de su inversión, difícil reclamo para seguir aumentando capital en los bancos. Los bancos son de momento, sobre todo enEuropa, imprescindibles como mecanismo de transmisión monetaria y creadores de liquidez . Como ya nos anunciaron dos profesores nortemericanos , Reinhart y Rogoff , en 2009 la salida de las crisis financiera es muy lenta.

En los próximos meses se decidirá quien y como se encargara de esta salida en las grandes economías atlánticas. Japón por su parte ya se lo encargo a un político centrista y experimentado hace tres años, Shinzo. Abe, y le ha renovado el encargo hace poco. La otra gran economía mundial; China, tiene otro modelo político de decisión, como lo tiene Rusia y con sus peculiaridades muchos países asiáticos. Pero con todo EE.UU. y Europa tienen un determinante peso económico y puede que incluso mayor político, con globalización y todo. Hay que escuchar atentamente el tic tac de esos dos relojes y incluso estar preparado para sorpresas.

 

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