«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Una cierta igualdad

12 de noviembre de 2024

Como si no lo pudieran reprimir, siempre que los catalanes hablan de lo suyo, del famoso «encaje», sacan Murcia a relucir. Murcia son sus antípodas y su contraejemplo. Cuando lo explican pa tontos.

Lo hizo ayer la consellera de Economía, señora Alicia Romero, al avanzar en La Vanguardia la venidera financiación singular. La solidaridad con España estará garantizada con una «cuota», que es otra forma de no decir cupo. Pagarían una cuota, como en el Basic Fit, y les darían la mochila de solidarios porque desean que haya «una cierta igualdad». Un aroma, unas virutas de igualdad.

Que igualdad como tal tampoco hay ahora, explicó; Murcia recibe menos que Extremadura (su otra obsesión) y «entiendo que Murcia querrá equipararse a Extremadura». Así van a vender el muñeco, como una corrección hacia la igualdad. No pocos murcianos estarán encantados.

Lo que se prepara lo están cocinando «expertos». Hay dos grupos trabajando ahora mismo. Uno prepara el modelo de financiación. Son todos catalanes, con un madrileño y un valenciano (que seguro estuvo en la mani del sábado), y en una coctelera meterán las competencias de aquí y allá, el principio de ordinalidad ahora sagrado (primero en dar, primero en recibir), la singularidad catalana, la ordinariedad de los demás y la cuotita de solidaridad como diente de ajo. Se batirá y saldrán dos o tres propuestas; la que guste a ERC se planteará al gobierno para la negociación.

Cuando se habla de financiación siempre parece que van a coger manzanas de árboles eternos y no a exprimir al contribuyente. Estos encajes de bolillos agravan el infierno fiscal. Lo reconocía la consellera: «Siempre que se ha puesto en marcha un modelo de financiación se han volcado más recursos en el sistema». No es solo un retorcimiento de la solidaridad,  también se retuerce la gónada fiscal del español.

Y por eso, Cataluña tiene abierto otro grupo de expertos Estado-Generalitat para desarrollar una Agencia Tributaria propia que gestione todos los impuestos «generados allí».  Ahora hay unos 4.000 funcionarios de Hacienda, lo último o penúltimo que queda en Cataluña, y la idea es que vayan pasando a la nueva agencia. El modelo es el trasvase Guardia Civil-Mossos y a tal efecto estudian incentivos y fórmulas jurídicas. Si alguien a estas alturas decide hiperventilar, que beba agua, porque las agencias tributarias están recogidas en los estatutos de autonomía, auténticas leyes coránicas del Régimen. Cataluña ya tiene 800 funcionarios recaudando no se sabe qué.

El modelo de financiación singular estará definido para el primer semestre de 2025, «y en 2026 recaudaremos la renta desde Cataluña». Para entonces no sabremos si habrá barro en Paiporta, pero al español le cabrá ya la M-30 y parte de las rodalies. Algunos piensan (pensamos) que Valencia es la definitiva defunción del Estado Autonómico. Es probable que otros lo piensen también y tengan negociado el sustituto.

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