«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.

Vengo del futuro

2 de julio de 2023

Tengo dos amigos que vienen del futuro y otro al que le persigue. Martín es argentino. Y cada vez que comentamos alguna de las ocurrencias, o maldades podemitas, sube la apuesta: las vio peores en su tierra. Barbaridades cometidas por ese peronismo que tanto admiran Pablo, Irene y compañía. A Carlos le ocurre otro tanto. Es venezolano, le expropiaron la empresa y tuvo que venirse con una mano delante, otra detrás y el alma envenenada de odio. Se caga en Zapatero día sí y día también. Odia a Podemos y al colectivismo. No me extraña. Roberto es cubano. El futuro le persigue. Salió pitando de la isla y acabó en Venezuela. Vio cómo Chávez llegaba al poder y destrozaba el país ayudado por sus compatriotas castristas. Se vino a España. Y cuando medio país le reía las gracias a los podemitas y los medios de comunicación sacaban a Iglesias a todas horas y escuchaban embobados sus respuestas, a Carlos se lo llevaban los demonios. «¡Ustedes no saben lo que es eso! ¡Lo que va a costar sacarlos del poder!»

Aquí en Valencia ya nos los hemos quitado de encima. PP y Vox pactaron a toda pastilla y esta semana se constituyeron las cortes. Preside Vox. Llanos Massó es una mujer que conozco y me parece seria, trabajadora y buena persona. El día en cuestión, un grupo de feministas se manifestaba delante del parlamento valenciano. Ni un día han tardado. Luego hablan de trumpismo. Gritaban ¡feministas dos, vox cero! Ignoro a qué se referían. Vaya usted a saber. También decían «Vixca, vixca, vixca, la lluita feminista». Diana Morant, vestida y peinada muy pija ella, hacía el gestito ese juntando las dos manitas, como Carlos Jesús «Raticulín», y luego levantaba el puñito. Quedaba raro. Después se fue para dentro, a la fresca, que es donde ella pega más. Y la líder de las manifestantes, que tampoco eran muchas, gritaba «chiques, chiques» antes de iniciar un nuevo cántico.

Ignoro si Ricardo, el trans del que oímos hablar hace poco, que casi consigue despedir a una mujer que le  llamó caballero, ¡dónde vamos a parar!, andaba por allí. Un amigo mío dice que Ricardo tiene más nuez que un nogal. Y que si no le veías la falda desde la caja qué coño vas a saber. A mí me parece muy bien que Ricardo se sienta Cristina. Tenga lo que tenga debajo de la falda. Pero que no me obligue a comulgar con su delirio. Las feministas lo tenían claro. Entre Ricardo y la cajera, eligen a Ricardo. La nueva presidenta de las cortes valencianas, frente a las que se manifestaban, es una mujer. Pero no es mujer, mujer. Para eso has de ser de izquierdas.

Irene Montero tuiteaba: «Van a llenar las instituciones de machistas, antiabortistas y LGTBIfobia mientras las calles se llenan de orgullo y apoyo mutuo. Somos más». No Irene. Sois menos. Por eso habéis perdido las elecciones. Acabamos hartos de vuestras chochocharlas, de que soltarais violadores, de que os quedarais con Ricardo.

Éste es mi futuro. Está cerquita. Es un micro futuro, si quieren. Sólo nos adelantamos unos meses. Pero es lo que nos espera en toda España tras la previsible victoria de las derechas y la tregua veraniega. Tiempos. Los sanitarios en Madrid señalaron el camino. Hicieron huelga en diciembre, pararon en Navidades y retomaron la lucha a mediados de enero con el roscón en la tripa. En septiembre, la izquierda saldrá a la calle morenita. Los sindicalistas agitarán el panorama porque pueden perder sus gambas. Las mujeres progresistas rodearán parlamentos y señalarán a las mujeres de derechas. Los activistas LGTBI harán lo mismo con los marifachas…

Hay quien dice que se acaban de abrir varios universos. En algunos seguirán gobernando las izquierdas. Con rufianes y Txapotes. En otros se acaba con la influencia nacionalista, se arregla la educación y se dota a la justicia. Luego está el mío. Puede no ser el mejor, pero es en el que yo vivo. Existe otro donde la banda se hace a un lado y deja hacer. Se calla y asume sus errores. Está muy lejos. Pero es posible.

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