«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.
Es licenciado en periodismo; doctor en Economía Aplicada y BA (Hons) en la Universidad de Essex (Reino Unido). Dedicado durante décadas al periodismo económico y de investigación trabajó para El País, Le Monde, Diario 16, Cambio 16, Le Soir, Avui, Radio Nacional de España y El Noticiero Universal. Fue el primer director de Intereconomía Televisión y también director editorial de Grupo Intereconomía. Entre otros premios obtuvo la Antena de Oro de la Televisión por Más se perdió en Cuba.

Ya veremos quién engañó a quien

15 de enero de 2015

Las elecciones catalanas se han adelantado al 27 de septiembre. Mas no acabará la legislatura para convocar -entonces – un plebiscito con listas separadas en el que la suya (la “lista del Presidente”) competirá con otra lista de ERC pero ambas defenderán lo mismo. O lo único, si lo prefieren: la “definitiva y vinculante” decisión de ir a la separación de España. A cambio Esquerra apoyará los presupuestos de Mas y la Generalitat renqueante y sin impulso de Gobierno seguirá comprimiendo el futuro de Cataluña.

La lectura política es: entre pillos anda el juego. Aparentemente Mas ha conseguido ganar tiempo, no jugarse  a la ruleta rusa el sillón de Presidente a unas elecciones en marzo que podía no ganar. Mas ha ganado en su gran obsesión, no ir a elecciones en marzo si no es con una sola lista. Ese escollo lo ha superado. La exigencia de “Elecciones, ¡ya!” era de Oriol Junqueras. La ha llegado a expresar entre sollozos. Sin embargo, no se olviden de que,  antes del 9-N,  la posición del líder de Esquerra, Oriol Junqueras, era: primero ganar la base del poder “del país” – los municipios- primero. Hacer fuerte a Esquerra en alcaldías y diputaciones, en los que ahora son insignificantes;  para conquistar después la Generalitat.

Es verdad que el “proceso” ha sido tan confuso y que Mas y Junqueras se tienen tantos miedos y recelos, que han defendido esto y lo otro indistintamente. Los dos púgiles, y han cambiado de argumento, tantas  veces, que aburren. Con estos dos, es imposible ganarle una apuesta a nadie.  Por fin y ante los comparsas de la sociedad civil, Carme Forjadilla; Muriel Casas y Josep Maria Vila davalad, la suerte está echada. Ya veremos, quién engaña a quién.  Pocas veces se anuncian unas elecciones ocho meses antes de producirse, ¿por qué?  El  “aglutinador” del independentismo ha sido la sospecha de erosión de que el Partido Popular pueda sufrir en las municipales y autonómicas españolas de mayo de 2015. Cabe recordar que Vigo es la ciudad más importante de España gobernada por el PSOE, que sólo gobierna en dos Comunidades Autónomas. Ese mapa político es irrepetible con encuestas que señalan que Rajoy ha perdido seis millones de votos.

Es un cálculo interesado eso de llevar la agonía plebiscitaria a septiembre, pero tiene riesgos por lo de cansino del monotema, sobre todo entre los votantes. Mas y Junqueras cuentan con que podrán volver a armar la tensión en las calles después del próximo 11 de septiembre, el día que conmemora la derrota ante las tropas de Felipe V y la posterior campaña electoral que conduzca a votar “definitivamente” la ruptura con España. Un Gobierno de Rajoy debilitado por la merma de votos y de cuota de poder va a tener “ocupado” al “adversario” (como lo definió Mas) y será más cómodo el camino a la independencia, como un paseo militar.

Esa codicia es la que alargará todo esto hasta el otoño caliente de este año. Será caliente porque Montoro continuará financiando el combustible del brasero artificial. Ya saben, medios públicos y privados subvencionados, manifestaciones organizadas por la Generalitat, e ingentes cantidades de dinero público puestos al servicio del fin último: romper con España). Papelón para el TSJC que ahora tendrá tiempo para instruir la querella contra Artur Mas,  Joana Ortega, e Irene Ridau por desobediencia el 9-N.

Pero el que ríe el último, ríe mejor. Junqueras pasará estos meses al abrigo, sin desgaste. Presumiendo incluso de haber sido el que quería las urnas ya y el que cedió a la tremenda presión del que no quería, por miedo, romper con España en marzo. Además el “desgaste” que pueda sufrir Rajoy, es equivalente al que pueda sufrir CiU en los comicios municipales de mayo: ¿Conservarán Barcelona, o tendrán que pactarla? La irrupción de Podemos es igual de incómoda en Cataluña que en el resto de España. Incluso antes de tener un líder allí. El aroma de ganador que hace de pegamento de los que dudan y de los que se acercan al calor del que intuyen ganador, se percibirá a partir de mayo y, entonces, puede que Mas sea el pasado y Junqueras el futuro. La solución, largo nos lo fían, el 27 de septiembre. 

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