Las reglas del juego estĆ”n a punto de cambiar en las relaciones entre los paĆses industriales. Eso no quiere decir que volvamos al proteccionismo del los aƱos 20 del pasado siglo. La economĆa mundial lleva varias dĆ©cadas de integración, finanzas internacionales y cadenas de manufacturas integradas. El desmontaje de todo eso no podrĆa hacerse sin un cataclismo geopolĆtico. Pero los intentos de armonizar polĆticas regulatorias, sobre todo en el sistema financiero, y polĆticas tributarias tienen dos importantes gobiernos mucho menos interesados que en el pasado reciente.
Muchos pensaran en la nueva administración norteamericana y no les falta razón. Pero mucho mĆ”s cerca de la UE suena ya la mĆŗsica de la competencia regulatoria y fiscal, UK va a intentar aumentar su atractivo de no estar en las UE precisamente por esos caminos. La UE y especialmente la zona euro son campeones de eliminar ventajas comparativas. La batalla de Irlanda y Apple por un lado y la Comisión Europea por otro trata de eso. Los llamados paĆses centrales nunca han escondido su disgusto frente al modelo irlandĆ©s de ultra bajos tipos impositivos para sociedades y empresas, como un eficaz mĆ©todo de atraer inversiones. La sucesivas luchas contra el fraude fiscal consiguieron un gran triunfo cuando EE.UU desmonto el secreto bancario en Suiza, y en teorĆa hasta Austria y Luxemburgo van a suprimirlo. Veremos si la nueva UK post Brexit no nos da una sorpresa al otro lado del canal. No creo que nadie espere que EE:UU vaya a desmontar Delaware.
Si UK y EE.UU sitúan el impuesto de sociedades en el entorno del 15% la batalla esta servida, lo que parece mas próximo que lejano según las recientes declaraciones del nuevo Secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin. Sumemos a eso el freno y marcha atrÔs de la regulación bancaria salida de la crisis del 2008, como esta anunciando la futura administración Trump, y que sera un instrumento para mantener la industria financiera en la City. Los britÔnicos se han ido de la UE por y para algo, puede que no les salga del todo a cuenta pero lo van a intentar. No sera la primera vez que EE.UU impulsa una reforma financiera y luego no la implementa: ya sucedió en los años 90 con Basilea II.
Si el supuesto y socorrido provervio chino que las dificultades contienen oportunidades es cierto, la UE deberĆa meditar sus opciones en ambos temas. Desde luego deberĆan hacerlo los llamados paĆses perifĆ©ricos, que han visto sus condiciones de acceso al euro sustancialmente transformadas, en gran parte por sus propios errores todo hay que decirlo. Los fabulosos diez primeros aƱos del euro con importantes aumentos de renta en las poblaciones perifĆ©ricas del euro, financiados con aumentos de deuda y perdidas de competitividad, dieron paso a las devaluaciones internas a partir del 2010 en esos mismos paĆses.
Entrando en el 2017, y desde el 2015, la zona euro ha ido abandonando la restricción monetaria y fiscal del periodo del 2010 al 2013, pero estamos lejos y seguramente no vamos a llegar a una reflación alemana (que mantiene un rĆ©cord mundial del 9% de superavit exterior). Por suerte los tiempos polĆticos actuales son poco propicios al centralismo fiscal desde Bruselas y la Comisión lo sabe evitando los conflictos, como hemos comprobado EspaƱa y Portugal esta semana. Nada se valora hoy mĆ”s en Bruselas que paĆses no gobernados por āpopulistasā, aunque no se valore el gran esfuerzo social y ciudadano de las devaluaciones internas para mantenerse en el euro y en parte salvarlo. Sea por lo que sea y ante el inevitable replanteamiento de la zona euro, los paĆses perifĆ©ricos estarĆan mĆ”s que legitimados para conseguir al menos un parĆ©ntesis en la armonización fiscal y en el incremento regulatorio. Por mucha devaluación interna que hayan acometido sus ventajas comparativas son minĆŗsculas con una Alemania sin deudas y con la misma moneda. Si el desafĆo anglosajón por inversiones y crecimiento se plantea sera salve quien pueda.
Que las cosas han cambiado despuĆ©s de Trump y el Brexit parece difĆcil de discutir, en concreto en polĆtica económica y comercial. Pero tambiĆ©n hace tiempo que la credibilidad del proceso europeo ha entrado en crisis, casi todos los paĆses empezando por Alemania quieren renacionalizar polĆticas, es difĆcil saber hoy cual serĆ”n las consecuencias del Brexit para unos y para los demĆ”s pero el temido precedente del primer abandono, que se evito en Grecia, se ha producido con UK. No se ve a la actual Comisión con autoridad para plantear una nueva agenda, el socorrido recurso a una Convención ya fue quemado por Francia con la non nata Constitución Europea. QuizĆ”s las cosas se van a quedar como estĆ”n por un tiempo, lo que ya sabemos no es suficiente para hacer frente a una nueva crisis con la polĆtica macro dividida entre el BCE y los Gobiernos nacionales. Cada cual debe ir sacando sus consecuencias y sobre todos los escalcados recientemente.