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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.
Rostro emblemático de Intereconomía Televisión, al frente de programas como El Gato al Agua o Dando Caña, ha dirigido informativos en TVE, RNE, Antena 3 TV y Onda Cero Radio. Fue corresponsal de RNE en Londres. Ha escrito para Diario de Barcelona, Interviú, La Vanguardia, ABC, ÉPOCA y La Gaceta y ha publicado el libro 'Prisionero en Cuba'. Ha recibido cuatro Antenas de Oro, el Micrófono de Oro, la Antena de Plata de Madrid, el Micrófono de Plata de Murcia, el Premio Zapping de Cataluña y el Premio Ciudad de Tarazona.

La “vuelta al cole” del curso político

31 de agosto de 2014

Las primeras encuestas del curso político vienen a ratificar la sospecha que todos teníamos de que la “vuelta al cole” de este año encierra elementos novedosos con respecto a temporadas anteriores. En este momento, el panorama está revuelto y la palabra crecimiento sólo se puede aplicar a dos formaciones: a Podemos, en ámbito nacional, y a Esquerra Republicana, en Cataluña.

La tendencia que marcaron los resultados de las últimas europeas parece que se mantiene, con un espectacular crecimiento en las expectativas de la formación radical de Pablo Iglesias que, según los sondeos, se convierte en la tercera fuerza política nacional, algo inédito para un partido creado hace apenas unos meses. Poco importa que su mensaje sea pura demagogia y sus propuestas, inviables. Hasta destacados analistas de izquierdas han desmontado de manera racional las falsas promesas de bienestar que propone ese partido. Pero esa realidad no ha conseguido desencantar a quienes se han visto subyugados por el mensaje de que hay que destruir todo lo que existe para crear una sociedad idílica. Los que creyeron que su éxito electoral en las europeas era flor de un día, constatan ahora su error al ver los sondeos.

Respecto a la crisis del bipartidismo que evidenciaron esos comicios, las encuestas ratifican el descenso de PP y PSOE. El partido de Mariano Rajoy pierde casi 15 puntos respecto a sus resultados de 2011, aunque continúa con una clara ventaja respecto a los socialistas, que siguen hundiéndose tras el relevo de Rubalcaba por Pedro Sánchez. Otros partidos pequeños, como es el caso de UPyD, que deberían beneficiarse de la situación, no obtienen los réditos esperados, entre otras cosas, debido a sus propias divisiones internas.

En el ámbito catalán, el éxito es para ERC, el partido de los independentistas radicales, que ha conseguido fagocitar a CiU y robarle la merienda a Artur Mas. El escándalo Pujol, que ha perjudicado seriamente a la causa soberanista al convertirse en la demostración de que no era Madrid quien roba a los catalanes, no ha mermado, sin embargo, la captación de voto por parte de los republicanos. Tanto socialistas como populares pierden expectativa de voto y Ciutadans, el partido de Albert Rivera, no crece lo que debería. Una vez más, el partido revelación es Podemos que, también en Cataluña, se convierte en tercera fuerza política. Barcelona, que siempre ha sido el paraíso de los antisistema, los okupas y los activistas callejeros, se ha convertido en un inmenso granero de votos para las siglas que representan el espíritu del movimiento de los indignados.

Hasta aquí, los datos que ofrecen las encuestas. Y, a partir de aquí, la expectativa de cómo reaccionarán los grandes partidos, fundamentalmente PP y PSOE. Los socialistas son conscientes del mal momento que están atravesando. La nefasta gestión de Zapatero acabó por destrozar el partido, que Rubalcaba se encargó de rematar y enterrar. Pero confían en que Pedro Sánchez pueda rejuvenecer las viejas estructuras y volver a ilusionar al electorado. Y en el PP, la gran esperanza que alberga Mariano Rajoy es que, a la mayor brevedad, los buenos datos macroeconómicos empiecen a notarse entre la población. Además, Pablo Iglesias le ha hecho un favor con su espectacular crecimiento: generar temor entre los votantes moderados, aterrorizados ante la idea de que España derive hacia un Frente Popular de izquierda desbocada de tan infausto recuerdo. Ese pánico al caos del radicalismo puede alimentar el voto del Partido Popular.

El panorama no podría presentarse más interesante en este inicio de curso político. Permaneceremos atentos durante el otoño y el invierno, en vísperas de un año, el 2015, con multitud de citas electorales. Lo nuestro sí que será la “vuelta al cole”… al colegio electoral, una y otra vez.

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