La vieja conocida, no tanto amiga, de las economĆas modernas haĀ hecho su reaparición a largo de 2016, especialmente al final, en los principales paĆses desarrollados. Este resurgimiento de losĀ precios al consumo estĆ” muy ligado a la recuperación de los precios deĀ la energĆa, cuyo desplome hace dos aƱos supuso la puntilla para unaĀ dĆ©bil inflación consecuencia de la crisis del 2008. Es mĆ”s, ha sidoĀ el miedo a una deflación a las japonesa, veinte aƱos de precios alĀ consumo cero o negativos, lo que justificó las extraordinariamenteĀ intervencionistas polĆticas monetarias llamadas QE. Dicho de otraĀ manera la represión financiera aplicada a los ahorradores a travĆ©s deĀ los tipos de interĆ©s intento aliviar el peso de la deuda,Ā consecuencia de la gran depresión del 2008. Deudas privadas queĀ acabaron siendo deudas pĆŗblicas.
La vuelta a precios al consumo por encima del 1% en las economĆasĀ desarrolladas es pues un Ć©xito y una justificación de lo hecho por losĀ principales bancos centrales. El timing es de lo mĆ”s conveniente, yaĀ que la eficacia de los QE se estaba mostrando decreciente en el mejorĀ de los casos, los intentos de adentrarse en tipos de interesesĀ negativos daba mĆ”s miedo que otra cosa al conjunto del sistemaĀ financiero y alteraba la confianza de los ahorradores. Por otro lado, la vuelta a niveles positivos de los precios al consumo estĆ” todavĆaĀ por debajo de los objetivos a medio plazo de los bancos centrales (2%)Ā y muy lejos de niveles que pudieran poner en riesgo las expectativasĀ de la inflación a medio plazo de la población.
Inflaciones en el entorno del 3%, es decir un tercio por encima deĀ los objetivos oficiales, es considerada hoy por muchos autores (Kenneth Rogoff y otros) como necesaria para que las economĆasĀ desarrolladas recuperen tasas de crecimiento similares a las mediasĀ históricas, de las que estĆ”n hoy por debajo. Las fuerzasĀ deflacionistas, el envejecimiento de la población y el estancamientoĀ delconjunto de los salarios, no han desaparecido ni siquieraĀ disminuido. El exceso de oferta energĆ©tica estĆ” por ver queĀ efectivamente se reduzca, por lo que alzas del precio del petróleoĀ peligrosas para los precios no son hoy previstas.
En todo caso elĀ efecto sobre los tipos de interĆ©s a largo se esta sintiendo, con laĀ excepción de Japón donde el banco central tiene como objetivo mantenerĀ el bono japones a diez aƱos a cero interĆ©s. Subida de tipos a largoĀ mĆ”s pronunciada en EE.UU, en niveles rĆ©cord en su diferencial conĀ Alemania lo que sustenta un dolar fuerte. Pero incluso en AlemaniaĀ los tipos a largo han subido y desde luego lo han hecho en el restoĀ de los paĆses euro. Mas coste para financiar las deudas, privadas yĀ publicas, que como nos recordaba esta semana el Instituto de Finanzas internacionales; el lobby bancario, estĆ”n en los paĆsesĀ desarrollados a 275% y 115% delPIB respectivamente .
La inflación traerĆ” debates sociales y polĆticos que desde la crisisĀ no se habĆan producido. Poder adquisitivo de pensiones y salariosĀ volverĆ”n a estar sobre la mesa. AquĆ es bueno recordar en la zonaĀ euro que la subida de los precios al consumo en cada paĆs no es loĀ Ćŗnico relevante. Una vez mas la situación de Alemania (1.7) y conĀ casi pleno empleo (4% de desempleo en 2016 frente a 10% en Francia,Ā 20% enEspaƱa y 11% en Italia) es muy importante para las economĆas menosĀ potentes pero unidas por las mismas moneda y polĆtica monetaria.Ā Esta ultima ha sido desde 2012 un gran alivio para los demĆ”s paĆses,Ā especialmente a partir del 2014 cuando el BCEempezó a comprar bonos,Ā primero pĆŗblicos y despuĆ©s tambiĆ©n privados reduciendo de maneraĀ significativa los costes de las deudas.
A travĆ©s de su tipo deĀ intervención, próximo a cero, el BCE ha bajado tambiĆ©n tipos deĀ hipotecas y todo tipo de financiaciones. Como todos somosĀ conscientes, estas polĆticas se han llevado a cabo contra la opiniónĀ de Alemania, mĆ”s de una vez en solitario. Pero no ha hecho mas queĀ reaparecer la inflación, desde luego a tasas moderadas, para que laĀ opinión profesional y polĆtica alemana insista en el fin de estasĀ polĆticas. El BCE anunció el pasado diciembre que seguirĆ” hastaĀ diciembre del 2017 comprando bonos. AsĆ que hay tiempo, pero hayĀ plazo lo que es muy importante para las expectativas. AdemĆ”s lasĀ inflaciones nacionales son bastantes divergentes: 1,7 y 1,5 enĀ Alemania y EspaƱa, pero negativa en Italia y 0,5 en Francia, lo que augura tensiones dentro y fuera del BCE.
Desde la crisis del 2008 los flujos de capital dentro de la euro zonaĀ se han reducido y han sido las polĆticas del BCE las que hanĀ substituido al capital privado: Pero uno u otro son imprescindiblesĀ para que los paĆses endeudados, todos los llamados perifĆ©ricos,Ā puedan tener intereses inferiores a su crecimiento nominal, sin loĀ que no podrĆ”n reducir sus deudas en relación al PIB. ElĀ ordoliberalismo alemĆ”n se ha negado siempre a aceptar que pertenecerĀ al euro no significa que haya desparecido para cada paĆs elĀ prestamista publico de ultima instancia, el banco central. EstamosĀ pues ante un tema capital para el futuro del euro. La esperanza de queĀ una revaluación interna en Alemania relanzase su inflación muy por encima de la media de la zona euro se ha quedado a medias. Con 1,7Ā frente a un 1,1 Alemania no acaba de jugar un papel de locomotora,Ā manteniendo un superavit exterior del 8%, el mayor del mundo.
Las elecciones previstas en Alemania, Francia y Holanda en 2017 hoyĀ por hoy parecen dominadas por otros temas, el Consejo Europeo y elĀ Ecofin cada dĆa mas burocrĆ”ticos aportan poco por su lado, pero esĀ bueno que nos fijemos en donde estarĆ” al final el quid de la cuestión.