«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
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Y Yoli restó

13 de julio de 2022

Quién le iba a decir a mi Eternamenteyolandaaaaaaaaaaaa que ayer iba a salir derrotada del debate del estado de EspañaEcheminga dixit—. Porque no nos vale decir nación, que somos legión de naciones. Podríamos llamarlo debate del estado de las Españas, pero habría quedado muy facha y eso es justo lo que queremos evitar: el facherío patrio. Así que, a base de darle vueltas a las palabras hemos llegado al punto de partida, el debate del estado de España. Como dicen ahora: ni tan mal.

Sí. Sánchez adelantó ayer a Yolanda por la izquierda, se abrazó con sus enemigas de coalición y no dejó nada vivo para que la dulce Yoli destrozara en un futuro. Irene e Ione sonreían como hacía mucho que no lo hacían. En concreto, esa alegría cuasiadolescente que se dibujaba en la siempre crispada cara de la ministra de Igualdad sólo la recuerdo de los tiempos en que desplazó al Niño de la Beca, Errejoncito, de su sitio al lado del macho alfa, para ocupar su asiento y el corazón de Pabloporfavornotevayas, Tania detrás de la columna mediante. No hay nada más comunista que disfrutar por la muerte simbólica —o no— de un rival. 

A Yolanda no le va a quedar un sector por gravar con nuevos impuestos y esa es la mayor desgracia que le puede suceder a una nueva iniciativa de izquierdas, que un listo lo esquilme todo antes que tú. Es como ir a cazar ballenas y que hayan pasado los japoneses tres días antes. Eternamenteyolandaaaaaaaaaaaa, otrora futura estrella de la política, se retorcía incómoda en su asiento de vicepresidente segunda que tanto le ha costado conseguir. A lo mejor, y sólo a lo mejor, estrenar su proyecto en el Matadero de Madrid —Madrid, qué facha eres— tuvo algo de premonitorio o de gafe. 

Eso de “esta vez la fiesta la pagarán los que más tienen” les produce tal calentura que se ciegan

De cualquier manera, tratar de competir con Sánchez en la lucha por el poder es siempre un error. Redondo Terreros, que no es ningún piernas, dijo un día aquello de: “si jugamos a Podemos, gana Podemos”, y se equivocó. Sánchez ganó a Iglesias, a la gestora del PSOE, a la vieja guardia, a Europa —que impediría un gobierno socialcomunista— y ahora a la dulce Yoli. 

Sánchez estuvo ayer lamentable, más que de costumbre. Estuvo torpe, lento y soberbio, incluso llegó a hacer reír a Abascal y a todos los espectadores con el vídeo del confinamiento inexistente, pero tocó esa tecla que tanto excita al votante recalcitrante de la izquierda: la de exprimir ricos. 

No caerán, por mucho que se les diga, en que los paganinis finales serán ellos, seremos nosotros. No, eso de “esta vez la fiesta la pagarán los que más tienen” les produce tal calentura que se ciegan. Funciona siempre en sus ambientes. Tanto, que Asens y Echenique otorgaron su perdón al presidente del Gobierno, le acogieron de nuevo en el seno de la izquierda y nuestra Eternamenteyolandaaaaaaaaaaaa se quedó, al menos por ahora, para vestir estatuas de Lenin.

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