«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

Zapatero, el marroquinizador

7 de noviembre de 2022

El próximo 22 de noviembre, José Luis Rodríguez Zapatero pronunciará una conferencia en la Universidad Privada de Fez titulada, «El diálogo y la cooperación como imperativo político». De este modo, el ex presidente del Gobierno de España dejará por un momento sus negocios hispanoamericanos, para retomar una senda ya transitada en su día por uno de sus mentores ideológicos: Máximo Cajal. La charla ya se anuncia en grandes carteles, en los cuales se hace saber que tendrá lugar en la sala Rachid Yazami, científico marroquí que ha destacado en la evolución de las baterías eléctricas sobre las que, en gran medida, se edifica la Agenda 2030.

Es lógico que Marruecos se muestre tan acogedor con alguien como Zapatero

El dialogante Zapatero regresa, en efecto, a los caminos que ya recorriera hace más de tres lustros, en los días en los que impulsó, junto a Erdogan, la Alianza de Civilizaciones, proyecto en el que estuvo involucrado el diplomático Cajal, autor de un libro, Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar ¿Dónde acaba España, publicado después del incidente de Perejil. Hacia el final del capítulo dedicado a Ceuta y Melilla, Cajal dejó escritas estas reveladoras palabras: «Son muy pocos, desde luego, los que han abordado francamente la cuestión de las Plazas de soberanía. Lo hizo en su momento el Partido Comunista de España y lo han hecho, recientemente, Iniciativa per Catalunya y Jordi Pujol, presidente de la Generalitat catalana, cuyas relaciones con Marruecos siempre ha cultivado, invitándonos este último a reflexionar sobre ella». 

Después de los hechos de Perejil, Zapatero, ya en el poder tras los acaecidos el 11 de marzo de 2004, designó al propio Cajal y a Miguel Ángel Moratinos para fortalecer los lazos diplomáticos con Marruecos, decisión que se recibió con agrado en Rabat, pues el primero de ellos siempre fue partidario de explorar las posibilidades de establecer una cosoberanía sobre las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, previo paso a la reintegración territorial de Marruecos, «dueño legítimo», a su entender, de esos enclaves. El plazo establecido por el diplomático para la efectiva «reintegración» de tales ciudades, era de 20 años, plazo que está cercano a cumplirse.

El Partido Popular contribuye en Ceuta a una creciente marroquinización y precarización de la ciudad, condiciones ideales para la mentada «reintegración»

Después de que el Gobierno de Sánchez renunciara a sus responsabilidades sobre el Sáhara, con el apoyo de Estados Unidos a la causa alauita como trasfondo, es lógico que Marruecos se muestre tan acogedor con alguien como Zapatero, cuya trayectoria está en plena sintonía con las recientes manifestaciones de la exministra Trujillo, firme partidaria de la entrega de las dos ciudades a Mohamed VI. Situados extramuros del poder político electo, los citados acompañan a la acción, por no decir inacción, de quienes ocupan los escaños integrados en un partido, el PSOE, que marca el rumbo de la nación en esta etapa de democracia coronada precedida por la Marcha Verde. Mimético, el Partido Popular contribuye en Ceuta, pues Melilla está gobernada por Coalición por Melilla y el PSOE, a una creciente marroquinización y precarización de la ciudad, condiciones ideales para la mentada «reintegración», hecho que acaso sería visto con cierto alivio por estas facciones hegemónicas siempre dispuestas –recordemos los guiños de Feijóo al PNV- a la renuncia y el mercadeo de lo común.

.
Fondo newsletter