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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Lugares de cine II: Church of La Verne

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En la segunda entrega de Lugares de cine vamos a desvelar la localización en la que se rodó uno de los instantes más famosos del cine; esto es la secuencia que protagonizaron Benjamin (Dustin Hoffman) y Elaine Robinson (Katharine Ross) en el interior de una iglesia en la película El Graduado, dirigida por Mike Nichols en 1967.

La obra es considerada un referencia dentro de la corriente del ‘nuevo cine americano’ de mediados de los 60, una película rompedora que consiguió ser la más taquillera de aquel año. La cinta retrataba varias familias de clase media-alta donde tras la apariencia de felicidad y de vidas conducidas por la buena moral se escondían infidelidades, problemas de alcoholismo y divorcios. Ben, el protagonista de la película, era un jóven burgués que sufría desorientado una crisis personal sin tener claro hacia donde conducir su vida, lo que finalmente le incita a tener un affaire secreto con una mujer mayor (Anne Brancoft), sin embargo, esta mujer, la señora Robinson, tiene una hermosa hija que captaría la atención de Ben…

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 La famosa secuencia de la iglesia en la que tienen lugar la boda y la posterior fuga, fue rodada en la iglesia protestante La Verne, en California. Una iglesia construida durante la década de los sesenta por los arquitectos Ladd y Kesley. En medio de un entorno natural, se encuentra esta iglesia de estilo moderno y sobrio, con dos pisos altos y muros de cristal, aquellos cristales que Benjamin intentó romper en mitad de la ceremonia para intentar reconquistar a su amada.

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 Sin duda el impacto de esta escena y la razón por la que ha pasado a la posteridad, es que Benjamin consigue llevarse a la chica unos instantes después de comprometerse con el hombre que desean sus padres, sin embargo, la jóven pareja consigue huir pero ¿qué les deparararía el destino?. No tenemos respuesta a tal cuestión, lo único que sabemos es que uno de los finales más absurdos, impulsivos y mágicos de la historia del cine salió de esta hermosa iglesia, La Verne.

 

 

 

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