Como cada miércoles, el Papa Francisco se ha pronunciado en el Aula Pablo VI del Vaticano en una audiencia pública. En su ronda de catequesis sobre los pecados capitales, el Santo Padre ha aprovechado el inicio de Cuaresma para reflexionar sobre el vicio de la pereza, que es «como morir por anticipado».
El Santo Padre ha comenzado diciendo que la pereza «es una tentación muy peligrosa. Quien cae víctima de este vicio, es como si fuera aplastada por un deseo de muerte: todo le disgusta, la relación con Dios se le vuelve aburrida y también los actos más santos, los que le habían calentado el corazón, ahora, le parecen completamente inútiles», ha explicado el Papa.
En una metáfora, el Papa ha definido la pereza «como el ‘demonio del mediodía'», porque según Francisco, «nos atrapa en mitad del día, cuando la fatiga está en su ápice y las horas que nos esperan nos parecen monótonas, imposibles de vivir». Así, ha querido comparar la pereza con «la depresión, tanto desde el punto de vista psicológico como filosófico».
Durante su intervención frente a un auditorio abarrotado, Francisco ha explicado que «el perezoso se deja llevar por la distracción y quiere estar siempre aturdido. ¡Cuántas personas, en las garras de la acedia, movidas por una inquietud sin rostro, han abandonado tontamente el camino del bien que habían emprendido! La de la acedia es una batalla decisiva, que hay que ganar a toda costa».