El Papa León XIV continúa marcando distancias con el estilo de su predecesor al restaurar gestos y símbolos de la tradición litúrgica. En la misa por la solemnidad de San Pedro y San Pablo celebrada en la basílica vaticana, el Pontífice entregó personalmente los Sagrados Palios a 54 arzobispos metropolitanos, rompiendo así con el protocolo instaurado por Francisco, quien había delegado esta ceremonia a los nuncios en las diócesis de origen.
Los Palios —estrechas bandas de lana blanca adornadas con seis cruces negras— son un signo de comunión con la Sede Apostólica y de autoridad eclesial para los arzobispos que dirigen provincias metropolitanas. Su origen se remonta a los primeros siglos del cristianismo y tradicionalmente eran entregados por el Papa en persona, práctica que ahora León XIV ha decidido recuperar.
Este ornamento, símbolo del Buen Pastor y de la oveja perdida, se elabora con lana de ovejas bendecidas y es confeccionado por las religiosas del monasterio de Santa Cecilia. Aunque en sus inicios fue de uso exclusivo del Pontífice, desde el siglo VI comenzó a concederse también a los obispos con jurisdicción especial.
El gesto se inscribe en una serie de decisiones que reflejan una voluntad clara del nuevo Papa de restaurar solemnidades y signos tradicionales : ha retomado el uso de la mozzetta, el crucifijo de oro, se ha reinstalado en el Palacio Apostólico —que había quedado sin uso durante el pontificado anterior— y ha reabierto la residencia veraniega de Castelgandolfo. También ha recuperado la procesión del Corpus Christi por las calles de Roma, tradición que había sido abandonada por Francisco.
Sin grandes declaraciones, León XIV está dando forma a un pontificado que busca devolver a la figura del Papa su dimensión simbólica, histórica y de tradición. Con buena salud y energía, se mostró ágil al bajar a rezar ante la tumba de San Pedro, y desde el balcón del Palacio Apostólico se dirigió a los fieles en el Ángelus. En sus palabras, evitó el repaso exhaustivo de conflictos internacionales que solía hacer Francisco y solo mencionó expresamente la guerra en Ucrania, aludiendo de forma general a otras zonas en conflicto.